Israel notificó este martes más de 6.000 casos de coronavirus, la cifra más alta desde febrero, y el primer ministro, Naftali Bennett, dijo que «sabrá cuando pisar el freno”, que el país está en un momento «clave» y pidió a la población que acuda a vacunarse y cumpla las restricciones.
El país lleva a cabo desde fines del año pasado una de las campañas de vacunación contra el coronavirus más exitosas del mundo, pero desde hace semanas lidia con un importante incremento de las infecciones causado por la más contagiosa variante Delta del virus.
Las autoridades reforzaron las restricciones de viajes y volvieron a hacer obligatorio el uso de barbijo en lugares cerrados desde que comenzó el rebrote, justo cuando el país había levantado la mayoría de las medidas de precaución y vuelto a una normalidad casi total.
El Ministerio de Salud informó en la fecha 6.275 nuevos contagios, con una positividad del 4,48% en más de 130.000 test realizados en las últimas 24 horas, informó la agencia de noticias Europa Press.
Más del 85% de las población adulta de Israel está plenamente vacunada, y las autoridades empezaron a dar este mes una tercera dosis de refuerzo a los mayores de 60 años para reforzar su inmunidad.
El jefe de la respuesta israelí contra el coronavirus, Salman Zarka, dijo que el país está en un momento «clave» para «la sanidad, la vida y la economía», antes de pedir a la población que acuda a vacunarse.
«Quiero restaurar un poco de optimismo para todos nosotros y pedir que la población se vacune, use mascarilla y cumpla las regulaciones de la ‘tarjeta verde'», que limita los accesos a determinados espacios cerrados a personas ya vacunadas.