En un acto encabezado por el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, junto a los ministros de Obras Públicas de la Nación, Gabriel Katopodis, y de Desarrollo, Juan Zabaleta, se presentó un plan de desarrollo urbano.
«No queremos esconder más los problemas estructurales sino traer soluciones de fondo. Llevará más tiempo, será más difícil, tendremos que seguir pidiéndole ayuda al presidente Alberto Fernández, pero estamos para cumplirles las necesidades a nuestro pueblo», indicó Kicillof.
En ese marco, rememoró que «hubo una toma de terrenos y desde la oposición y algunos medios había, por un lado, estigmatización -atacando a quienes llevaban adelante la ocupación- pero, a la vez, se reconocía que había mucha carencia».
Recordó que, cuando ocurrió la toma, «la Justicia marcó el desalojo y la prensa pedía que se produzca rápidamente porque parecía que querían ver violencia» y expresó que, no obstante, «el gobierno de la provincia se involucró desde cada una de sus áreas para plantear un modelo de reconstrucción de planificación urbana en la provincia».
«Decidimos actuar de manera humana, no esconder lo problemas, ni resolverlos por la fuerza, sino de manera sistemática, seria y rigurosa. Decidimos, sobre todo, tener en cuenta Que eran personas que tenían un problema y una necesidad, no enemigos», aseveró el gobernador e indicó que «eran familias de bonaerenses que terminaron así porque el Estado les había fallado».
Posteriormente, planteó que los expresidentes Néstor y Cristina Kirchner «hicieron miles de viviendas», pero (Mauricio) Macri y (María Eugenia) Vidal interrumpieron la política de viviendas para no reconocer que el peronismo había hecho las cosas bien, lo que generó una olla a presión».
El gobernador señaló que «cuando hubo una orden judicial, querían ver topadoras» y destacó que «el ministerio de Seguridad no actúa así», por lo que «no se derramó una gota de sangre, no hubo un lastimado ni un problema».