Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, indicó este viernes que todos deberían tener un rifle, en una reunión con sus seguidores frente al Palacio de la Alvorada, la residencia oficial del mandatario.
El jefe de Estado dijo que quienes se oponen deben dejar de molestar a los compradores de armas y recordó que en febrero pasado dio un nuevo paso en su objetivo de promover la “autodefensa” al flexibilizar aún más el acceso de los civiles a las armas, a través de un decreto publicado en el Diario Oficial.
Además, el certificado de “capacitación técnica” necesario para acceder al armamento, emitido por las autoridades, podrá sustituirse por una declaración de un club de tiro en la cual deberá constar que el solicitante practica “habitualmente”.
Los miembros de clubes de tiro y cazadores tendrán la potestad de comprar hasta 60 armas por año, sin el expreso permiso del Ejército, que se exigía hasta ahora. La flexibilización del acceso a las armas fue una de las ofertas que Bolsonaro presentó a los brasileños en la campaña electoral de 2018, pero varias de las medidas que ha adoptado en ese sentido han sido moderadas o incluso anuladas por el Parlamento o la Justicia.
Tras una renovación de las directivas de las cámaras que reforzó el poder de los aliados de Bolsonaro en el Parlamento, el mandatario ya había avisado que pretendía retomar su ofensiva en favor de la “autodefensa” de los ciudadanos frente a la delincuencia.
El mandatario sostiene que “un policía en operaciones tiene que tener garantías, pues es jefe de familia, un trabajador que no puede, después de que cumplió su misión, recibir en su casa la visita de un oficial de justicia”. Y remarcó: “Si él está armado en la calle, es porque nosotros le dimos las armas”.