Esta semana se está celebrando la World Football Summit, un encuentro del que participan organizaciones y empresas vinculadas a la industria del fútbol. Uno de los protagonistas de la jornada de este jueves fue Mauricio Macri, ex presidente de la República Argentina, que desde 2020 es presidente de la Fundación FIFA.
De manera virtual, Macri destacó el trabajo que ha realizado el organismo durante la pandemia del coronavirus, pese a que la actividad se detuvo por completo durante algunos meses en todo el planeta. En este sentido destacó los esfuerzos que se realizaron para sumar el cambio climático a la agenda del fútbol: “Ha sido un reto hacer frente al COVID y a sus dificultades. Buscamos promover la enseñanza a partir del fútbol para concienciar a la sociedad en torno a cuestiones medioambientales como el cambio climático. Con el Mundial de Qatar hemos trabajado para contribuir con los Acuerdos de París en sostenibilidad, eficiencia y bajas emisiones. Usamos de la mejor forma posible el poder del fútbol”.
El ex mandatario se mostró sumamente preocupado por la diferencia que existe entre los clubes poderosos de Europa y de Sudamérica e incentivó a los dirigentes a trabajar para buscar que esa brecha se achique, aunque reconoció que no es una labor sencilla y que no depende de la FIFA ni de sus asociaciones miembro: “Hay muchos desafíos en el fútbol sudamericano, pero hay uno difícil de resolver, inherente al poder económico del país. Con mayor potencia económica se consiguen sponsors más potentes, aficionados pueden pagar más. Da más posibilidades a este deporte”.
En este punto, explicó que la clave es imitar algunas de las medidas que se han llevado adelante en el Viejo Continente, como el desembarco de sociedades anónimas, algo que ocurre en ligas como la Premier League, la Ligue 1, la Serie A y La Liga de España, entre otras. “Para mejorar el fútbol sudamericano tenemos que fijarnos de Europa. La pasión por el fútbol no la despierta ni la política y lo digo yo porque he estado en ambos lados. Las correcciones y controles de Europa garantizan un proceso virtuoso de mejora. En Latinoamérica se está muy retrasado porque aún se desconoce el funcionamiento de las S. A. D. Sabiendo los problemas que tuvo Europa, podríamos aprender y dar el siguiente paso, pero hay países en los que no se ha abierto debate y la distancia entre ambos continentes cada vez aumenta más”.