Sergio Berni, el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires brindó una entrevista a Infobae en medio de los cambios en el gabinete de Axel Kicillof y cuestionamientos sobre la seguridad en el conurbano bonaerense y en la propia policía.
—Usted había dicho, o su entorno hizo trascender, que dejaba la función pública después de las elecciones legislativas del 14 de noviembre. Son las 8.30 de la mañana del 14 de diciembre y está recorriendo las calles de La Matanza.
—Mi problema no es con la función pública, que me gusta. Lo hago con pasión. Tengo cuarenta años de experiencia en materia de seguridad. El problema es la política. Mire yo no me callo nada. Como ya le dije, critico públicamente al Presidente cuando lo tengo que criticar, y eso no lo hace ningún ministro. Yo soy kirchnerista, pero cuando la política se aleja de los dirigentes no me siento cómodo. Las elecciones internas son para disputar candidaturas dentro de un mismo espacio. A mí, y a otros compañeros, me prohibieron competir en las PASO con una lista propia. Eso me molestó y lo digo, moleste a quien moleste. Esa es una de las razones por la cual estoy alejado de Cristina (Fernández de Kirchner).
Desde que asumió su cargo el 10 de diciembre de 2019, el coronel médico no tuvo reparos en criticar, por ejemplo, a la antropóloga Sabina Frederic, su entonces par en nación. Por elevación, las piedras rebotaban en el techo de la Casa Rosada.
“Ella siempre antepone sus problemas personales por sobre el bien común. Los que tenemos responsabilidad de gestión sabemos que el bien común es sagrado y que no existe ninguna diferencia que nos pueda separar de eso”, opinó sobre la ministra de Alberto Fernández el pasado 10 de abril.
En agosto, cuatro meses después, volvió al ataque por la comparación que hizo entre Argentina y Suiza y por minimizar la inseguridad. Frederic relativizó la inseguridad en el país y dijo: “Suiza es más tranquilo, pero también más aburrido”.
En AM 910 agregó: “Recién escuchaba decir que en Suiza no hay nada que hacer. Si a usted le parece que educarse, trabajar y producir en un país como Suiza es nada que hacer, me parece que está viendo otro canal. El daño de las palabras es grandísimo. Capaz cree que nosotros vivimos de joda y por eso en pleno Olivosgate salió a pedir la reelección del Presidente”.
Y continuó: “La imprudencia de las palabras es más que un acto fallido: es la incomprensión del país que se pretende gobernar. Yo entiendo la antropología, pero creo que hay algunos antropólogos que tienen una mirada muy romántica del Conurbano… la ministra habla como antropóloga y se olvida de que es ministra; para ella el Conurbano es el campo del onanismo intelectual”.