El diputado de Juntos, Diego Santilli, brindó una entrevista a Infobae: elogió a Mauricio Macri y Patricia Bullrich, dos “halcones” que mantienen fuertes diferencias con una “paloma” como Rodríguez Larreta, y relativizó las peleas que puede haber en Juntos por el Cambio para definir las próximas postulaciones: “Todos tienen derecho a ser candidatos y esa definición será en 2023″, dijo.
— ¿Usted ya se convirtió en el armador nacional del proyecto “Larreta presidente”?
— Soy un tipo que trabaja con Horacio desde hace muchos años. Nos conocemos, casi que nos leemos de memoria, y obviamente lo voy a ayudar en todo el camino que quiera construir. Tenemos una relación de amistad, política. Quiero lo mejor para Argentina y siento que Horacio es, de nuestra generación, uno de los mejores y el que más preparado está.
— Rodríguez Larreta, Jorge Macri, Cristian Ritondo y usted se reunieron el martes pasado. ¿Fue el puntapié inicial de una Mesa Nacional que se encargará del proyecto presidencial del jefe de Gobierno?
— Fue juntarnos para hacer un balance del año pasado, de la elección, y del trabajo que llevamos adelante para empezar a tirar líneas hacia adelante sobre el 2022. La oposición tiene una responsabilidad muy importante, que es la de encontrar los programas, las ideas, las propuestas, los proyectos que nos permitan salir hacia adelante. Si bien tenemos consolidadas nuestra visión institucional, nuestra visión de una Argentina integrada al mundo y de qué país queremos en términos de producción, todavía tenemos que sacarle mucha punta al lápiz para encontrar esos programas y esas ideas que nos permitan transformar los problemas estructurales que tenemos los argentinos. Hace más de 50 años que discutimos lo mismo.
— ¿Cuáles son las pautas que se fijaron para avanzar en el proyecto presidencial de Larreta?
— La condición de la unidad en la oposición ya es básica. Antes era suficiente, pero hoy no alcanza. Hay un núcleo de ideas que nos lleva a pensar en la libertad de expresión, en las instituciones, en la integración de la Argentina en el mundo, pero tenemos que poder transformar los problemas estructurales de la Argentina. Cómo abordamos el tema de la inflación recurrente. Cómo tenemos una estabilidad macroeconómica que nos permita generar trabajo, futuro, inversiones, reglas de juego claras, producir. La Argentina tiene que producir el doble de lo que produce. Y para eso tiene que tener acuerdos, fiscal para empezar. No se aguanta más la presión fiscal Argentina. En nuestro país se va el conocimiento, se van los jóvenes, se van las inversiones, se van los que invierten, se va nuestra materia prima más importante que es el recurso humano. Tenemos que lograr que vuelvan a la Argentina los recursos humanos más valiosos, el conocimiento, los que invierten, las empresas más importantes del mundo. Ese tipo de situaciones son las que tenemos que abordar. Ahí está el desafío estructural y la oposición tiene que pensar en eso.
— Cualquiera que aspire a la Presidencia tiene que tener asegurados los respaldos en todo el país. ¿Cómo hará el larretismo para consolidar los triunfos que tuvieron en muchas provincias y alinear a la dirigencia detrás de su plan?
— Cuando nos tocó gobernar en 2015 teníamos cinco gobernadores, un tercio de la Cámara de Diputados, un quinto de la de senadores. ¿Qué sería deseable? Tener ocho gobernadores del espacio político, tener más aliados. La última elección nos puso en un equilibrio de más dos, menos dos, diputados nacionales. Le quitó la mayoría propia en el Senado al kirchnerismo, aunque no significa que con aliados no puedo tenerla. Por eso, si hacemos una buena elección y tenemos un proyecto de país distinto que conmueva a los argentinos y lleve a resolver esos problemas estructurales, podemos tener una Cámara de Diputados por primera vez favorable, una Cámara de senadores cercana y más gobernadores: hay candidatos muy potables en Entre Ríos como Rogelio (Frigerio), en Córdoba como (Luis) Juez, en Chubut como “Nacho” Torres, en La Pampa con (Martín Maquieyra) y (Daniel) Kroneberger. Tenemos que resolver Córdoba y Santa Fe, que son provincias afines a la visión política de Juntos por el Cambio. Consolidar Jujuy con (Gerardo) Morales, Corrientes con (Gustavo) Valdés, Mendoza con (Alfredo) Cornejo y (Rodolfo) Suárez. Esos nos da una amplitud de posibilidades. Fue lo que nos permitió triunfar en estas 13 provincias, recuperar la provincia de Buenos Aires ganándole al peronismo unido, como no pasaba desde el 83. Ese camino puede permitir construir una alternativa distinta y, además, tener un gobierno que logre resolver un montón de situaciones que eran mucho más costosas y difíciles en 2015. Eso implica la consolidación de los liderazgos y entender que también existen los partidos participando dentro de una coalición.
— ¿Quiere ser candidato a gobernador? Usted no lo quería decir en la campaña, pero, luego del triunfo electoral en la Provincia, ¿considera que está más cerca de postularse?
— Lo voy a poner de una manera distinta: tengo un compromiso absoluto y total con la provincia de Buenos Aires, con los bonaerenses. Y me voy a poner a trabajar para tener esos planes, esas ideas, esos proyectos, esas propuestas para que la provincia de una vez por todas encuentre un camino de salida, hacia adelante. Nuestra provincia tiene serios problemas fiscales que vienen arrastrados de la coparticipación de décadas, donde Vidal ayudó a mejorar unos puntos con la batalla que dio. Pero no alcanza, se necesita recuperar una provincia que genera más del 40% del PBI y recibe casi el 21 o el 22% del PBI. No va. Donde el 40% de su población está acá, donde tiene un núcleo duro de producción, donde tiene todas las economías, las pymes, la producción, la industria, algo de minería, las costas marítimas, turismo, polos petroquímicos, desarrollo, ciencia y tecnología. Entonces esa provincia hay que integrarla, desarrollarla, producirla.
— Voy a estar donde mi espacio me necesite. Soy de las personas que creen que el interés general debe estar sobre el particular.
— El armado larretista que se puso en marcha incluye a Cristian Ritondo, que también quiere ser gobernador bonaerense. ¿Cómo imagina la convivencia de los dos en el mismo espacio y compitiendo por la misma candidatura?
— Somos amigos y nos llevamos muy bien. Cada uno va a hacer un camino, va a construir, va a trabajar. Lo más importante es que estemos juntos consolidando propuestas y después la sociedad es la que va a decidir.
— ¿No lo siente como un competidor?
— No. Para resolver los problemas estructurales que tenemos, vamos a necesitar a muchos y muy buenos. Eso implica que no hay un iluminado y que tiene que haber un equipo. Entonces, el que mejor esté, que vaya (como candidato) y el resto va a acompañar.
— ¿Su rechazo a la reelección indefinida le quitó apoyos entre los intendentes del PRO de la provincia de Buenos Aires?
— No. Creo que fui el primero que fijé una posición. Cuando terminó la campaña me hicieron la pregunta y dije: tengo una visión clara, son dos períodos y después podrá ser otro camino o vuelta a casa, pero tiene que haber uno en el medio de interrupción porque la alternancia es lo que hace mejorar. El kirchnerismo se coló por la reglamentación y logró algo que era peor: 6 años consecutivos, después 2 años de licencia y luego otra vez 6 y entonces se convertía en algo ininterrumpido.