Facundo Manes fue uno de los protagonistas de la apertura de las sesiones ordinarias en el Congreso. Por haber permanecido en el recinto cuando todo el bloque del PRO se retiró -molestos por el discurso de Alberto Fernández- fue blanco de memes en las redes sociales. Sin embargo, según confesó en una entrevista con Infobae, tomó con humor las burlas que recibió, incluso, por parte de sus colegas de la medicina. “El problema es que la sociedad vio en su casa cómo la política no puede dialogar”, le reprochó al partido presidido por Patricia Bullrich. En ese sentido, el neurocientífico se diferenció de la antinomia entre palomas y halcones: “Distrae de lo importante”.
“Yo vi que el radicalismo no gobernó entre 2015 y 2019″, expuso Manes como uno de los motivos que lo impulsaron a ser candidato en las elecciones legislativas de 2021. En los últimos comicios, según analizó, la sociedad argentina le dio “otra semblanza a la oposición” con casi el 45% de los votos dirigidos al partido centenario. “Antes Cambiemos era de un solo color predominante pero hoy somos como las grandes coaliciones europeas que se unen en un trazado grueso de país. El radicalismo tiene la oportunidad de liderar la coalición opositora”, agregó.
— ¿Cómo vivió la salida del PRO del recinto durante el discurso de Alberto Fernández en la apertura de las sesiones ordinarias?
— Lo que ocurrió en el recinto es la muestra de que la Argentina de una mitad contra la otra no va más. Estas actitudes de no escucharnos no permiten construir el rumbo que necesitamos para salir adelante. El año pasado yo di el paso y sentí que la sociedad nos pedía liderar una agenda renovadora en el Congreso y construir un nuevo rumbo para salir de esa decadencia crónica que tiene Argentina en todos los ámbitos: sociales, económicos y educativos. Y, en vez de construir esta agenda hacia el futuro, la sociedad vio en su casa cómo la política no puede dialogar.
Yo no coincido con el rumbo del Presidente, pero aún así creo que tenemos que escucharnos para poder debatir y opinar. Sólo así vamos a poder construir un proyecto colectivo para salir adelante. Estoy para ayudar a construir un nuevo clima de época, un nuevo paradigma, una nueva mayoría. La verdad que no estoy para dividir más a la sociedad. Estamos discutiendo cosas que a la sociedad no le interesan. La apertura de sesiones es un proceso democrático, no es algo que le pertenece a un gobierno, por eso tengo que escuchar estemos o no de acuerdo y la dirigencia tiene que ser ejemplo de las decisiones democráticas.
— ¿Estuvo acordada la salida del PRO del recinto?
— Yo no sabía nada. Yo vi que se levantaba el sector del PRO y no sabía nada y, aunque se hubiesen ido todos, me hubiese quedado. Me hubiese quedado igual porque hablaba el Presidente, más allá de si estamos de acuerdo o no, es una figura que hay que respetar. Si no estamos en la jungla. Por suerte vi que se quedó la UCR, que se quedó la Coalición Cívica, Ricardo López Murphy y Margarita Stolbizer. Si bien la foto que circuló refleja que estoy aislado, se quedaron muchos sectores de la oposición.
— ¿Se tomó con humor los memes que circularon en redes sociales?
— Si. Me cargaron en un hospital que fui a visitar, los enfermeros, mi hijo. Me decían que en los celulares volaban los memes donde parecía el último ucraniano.
— Pero también hubo una parte agresiva de un legislador del PRO, quien lo acusó de “hablar mucho del cerebro pero usarlo poco”. ¿Pudo hablar con el senador Ignacio Torres?
— No. Yo creo que en Argentina vivimos en una involución crónica que requiere que todos nos involucremos para salir adelante. Tenemos que cambiar el rumbo y estoy para eso. Para lograr un consenso social, una mayoría legislativa y una visión estratégica de país que exceda a una coalición. Ya gobernó una mitad y no funcionó. Ya gobernó la otra mitad y no funcionó. Lo que no probamos es una visión estratégica basada en exportar valor agregado, educar a nuestra gente. Acá probamos casi todo, menos el camino del desarrollo. La única manera de lograrlo es con un gran acuerdo social. Estoy acá para aportar mi granito de arena para que el año que viene se vote esto cuando se elija el nuevo presidente.
— ¿La pelea entre usted y el senador Torres reflejó la interna que está viviendo Juntos por el Cambio?
— La antinomia entre palomas y halcones en la oposición distrae de lo importante. Acá se está decidiendo si tenemos una oposición o proposición. Yo estoy del lado de los que queremos construir una proposición. Y creo que hay muchos que están en ese camino. Podemos tener la mejor oposición del mundo pero si no tenemos una visión de país, un propósito común, un acuerdo programático, no tenemos nada. Porque acá nadie se salva solo.
Yo vi que el radicalismo no gobernó entre 2015 y 2019. De hecho, Mauricio Macri dijo que fue una coalición electoral pero no de gobierno. Sin embargo el radicalismo fue fundador de Cambiemos pero no gobernó. No se logró unir a los argentinos, como se planteaba en la campaña de 2015, tampoco lo pudo hacer el Frente de Todos y yo creo que el radicalismo tiene la oportunidad de liderar la coalición opositora, de darle una semblanza nueva a la oposición y de unir a los argentinos como lo hizo en el ‘83.
— ¿Hay posibilidades de que voten distinto dentro de Juntos por el Cambio en acuerdo del FMI que envió el Gobierno?
— En principio, desde la UCR, vamos a dar quórum. La gente nos votó para discutir los problemas de Argentina. Después lo vamos a discutir con los técnicos y ahí tomaremos una posición desde el bloque de la UCR.
En segundo lugar, la sociedad se va a tener que acostumbrar a que mejoró la coalición opositora. Porque antes Cambiemos era de un solo color predominante hoy, somos como las grandes coaliciones europeas que se unen en un trazado grueso de país. Dentro de ese trazado grueso de país, hay diferentes ideas, posiciones. Lo que votó la sociedad argentina en la última elección -que casi le dio al radicalismo el 45% de los votos- fue darle otra semblanza a la oposición. No una oposición de un solo color. Tenemos diferencias, no podemos asustarnos por las diferencias en algunos temas.
— ¿Cree que el PRO no quiere el crecimiento de la UCR dentro de Juntos por el Cambio, en términos de resultados electorales en 2023?
— El radicalismo tiene la decisión de gobernar Argentina en 2023 y tiene ideas, una visión de país. Tenemos volumen político, territorio y una visión de país para convocar una coalición amplia pero desde el centro, no desde los extremos. El radicalismo aceptó cuando ganó el PRO la interna y fue muy respetuoso de las decisiones del gobierno del PRO. Yo espero que, si la sociedad argentina del 2023 prefiere a la convocatoria centro popular, ante otras posiciones, los aliados tienen que apoyar. Esa es la dinámica de la democracia: el que pierde acompaña.