“Has sido seleccionado para una oferta de trabajo desde casa” o “has sido elegido para un trabajo online”. Se ha reportado un incremento de este tipo de mensajes con falsas promesas laborales circulando por WhatsApp, Telegram y SMS. Se promete un trabajo, con buenas condiciones y un dinero interesante, pero sólo se trata de un anzuelo para obtener dinero e información personal de las víctimas.
Si la víctima cae en este tipo de engaños, se pone en contacto con el supuesto reclutador y comienza un intercambio por alguno de los servicios de mensajería mencionados. Los estafadores se hacen pasar por empleados de empresas reconocidas, como Mercado Libre, entre otras, para ganarse la confianza del usuario y luego se le empieza a pedir información personal o incluso piden que se hagan transferencias de dinero para supuestos gastos administrativos. Es un tipo de estafa que viene circulando hace tiempo tanto en Latinoamérica como en otras partes del mundo.
“Nunca vamos a pedir información personal, como tu número de tarjeta de crédito, identificación, claves de seguridad o número de identificación fiscal por estos medios”, se remarca en el sitio oficial de la compañía, en el apartado sobre medidas de seguridad para tener en cuenta en general, cuando se realizan compras o intercambio de mensajes con otros usuarios.
Desde la Comisión Federal de Comercio, en Estados Unidos, advierten sobre este tipo de modalidad. “A mucha gente le gustaría trabajar desde su casa y generar ingresos. Los estafadores lo saben, así que publican anuncios, a menudo en internet, declarando que tienen trabajos con los que usted puede ganar miles de dólares al mes trabajando desde su casa dedicando poco tiempo y esfuerzo. El trabajo podría ser desde reenvío productos hasta vender cosas a su comunidad. A veces, los estafadores tratan de atraer su interés diciendo que usted puede convertirse en su propio jefe, iniciar su propio negocio o establecer sus propios horarios”, destacan.
A veces los mensajes incluyen faltas de ortografía o mencionan un término de forma errónea, como se ve aquí: «telegrama» en vez de Telegram
Lo cierto es que tras la conversación inicial, los estafadores comienzan a pedirles dinero a las víctimas para obtener supuestos certificados de capacitación o kits de inicio en el trabajo. Con los datos obtenidos, luego los estafadores suelen cargar gastos a las tarjetas de crédito de la víctima y ésta queda atrapada en un engaño que sólo les provoca pérdida de dinero.
Desde la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia (UFECI) en la Argentina también han advertido sobre este tipo de engaños que se conocen como “fraudes de reclutamiento”. En este sentido explican que a veces los estafadores no sólo obtienen dinero de sus víctimas sino que con los datos personales pueden abrir cuentas bancarias y realizar otro tipo de estafas.
Según explican en su sitio oficial, “las víctimas son engañadas para que envíen datos personales y transfieran dinero para supuestos gastos administrativos. Se teme que, con los datos brindados, se abran cuentas en bancos electrónicos donde se reciba el dinero de distintas maniobras fraudulentas”.
A veces el estafador entabla una conversación con la víctima y logra convencerla de que le ofrezca datos confidenciales. Pero en otros casos, se les pide que ingresen a un enlace de una página apócrifa y así se roban sus credenciales de acceso a diferentes cuentas. Se trata de una técnica de phishing que suele ser muy efectiva
“En el caso de las ofertas de trabajo, a veces los usuarios reciben un mensaje de una persona, que dice ser parte de alguna empresa como Amazon o Mercado Libre, en el que se incluye la descripción del trabajo y el sueldo. Asimismo, el mensaje solicita que se dé clic a un enlace para que el usuario se postule. En este tipo de estafas conocidas como phishing, permite a los delincuentes fingir un servicio o hacerse pasar por una empresa con el fin de robar la información de sus víctimas”, destaca Luis Corrons, especialista de seguridad de Avast, en diálogo con Infobae.
Y añade que en otras ocasiones, las víctimas reciben un mensaje de un estafador que se hace pasar por alguien conocido pidiendo un código de verificación, el cual en muchas ocasiones es entregado por la víctima, sin saber lo que está haciendo. Ese código no es ni más ni menos lo que se necesita para acceder a su cuenta de WhatsApp. Así logran secuestrar la cuenta y luego piden dinero a cambio para que el usuario pueda recuperar el acceso.
“Cuando se usa una cuenta de WhatsApp existente en un dispositivo nuevo, los grupos a los que pertenece ese número de teléfono se transfieren automáticamente al dispositivo nuevo. Todos los mensajes enviados previamente en el chat en línea de un grupo no aparecen, pero los números de teléfono de otros miembros del grupo son visibles, lo que probablemente facilita la identificación de nuevas víctimas por parte de los ciberdelincuentes”, subraya Corrons.