El ministro de Economía resiste la embestida kirchnerista con varios desafíos por delante. Se conocerá la inflación de abril, comienzan las audiencias por la suba del gas y se prepara la revisión del acuerdo con el Fondo.
El ministro de Economía, Martín Guzmán, buscó llevar calma a la interna del Frente de Todos durante la reunión de Gabinete nacional. “Ya pasó lo peor”, dijo. Pero la decisión del presidente Alberto Fernández de sostenerlo en el cargo tensa cada vez más la relación con el ala dura kirchnerista. Y la agenda que deberá encarar en los próximos días no ayuda a descomprimir la situación.
En una sola semana, Guzmán iniciará las audiencias públicas para avanzar con los nuevos aumentos en las tarifas de luz y gas, que comenzarán a regir el 1 de junio; deberá enfrentar el dato de inflación de abril que, se anticipa, rondará el 6%, y recibiría la misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) para la primera revisión del cumplimiento de las metas del acuerdo.
Además, una nueva protesta piquetera de tres días, en la que no se descarta un acampe, agitará las calles del centro porteño y echará más leña al fuego a la ya complicada relación del Gobierno con las organizaciones sociales no alineadas.
Alberto Fernández se juega a todo o nada en la defensa de Guzmán. Está en una encrucijada: aun si quisiera alejarlo, su debilitada gestión depende ahora de mantenerlo en el cargo.
Freno a la inflación, la gran deuda pendiente de Martín Guzmán
El jueves de la semana próxima, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) dará a conocer el dato de inflación de abril. En el Gobierno ya admiten que no se logró una baja significativa y que nuevamente rondará el 6%.
Los acuerdos, controles de precios y las regulaciones no están dando los resultados buscados por el Gobierno y la escalada de la inflación no tiene freno. Es una de las variables que el FMI más cuestiona y mete presión para ir encontrando una solución.
Guzmán insiste en que el costo de vida comenzará a reducirse a partir de mayo, pero el mismo análisis habían hecho algunos funcionarios para abril. El Gobierno viene perdiendo varias batallas y cada vez está más cerca de ser derrotado en la guerra contra la inflación declarada por Alberto Fernández.
Martín Guzmán acorralado por el cumplimiento de las metas del acuerdo con el FMI
El ministro de Economía ya trabaja con los equipos técnicos del FMI sobre los datos del primer trimestre y la semana próxima recibiría la misión para la primera revisión.
Excepto la inflación, las cifras que tiene para mostrar son buenas. La Facultad de Ciencias Económicas de la UBA elaboró un índice con el propósito de monitorear el nivel de cumplimiento según metas establecidas y, según concluyó, el índice de cumplimiento al primer trimestre resultó de 76,59, es decir que “la Argentina sobrecumplió las metas en un 77%”.
No obstante, aclaró que como la meta de reservas se cumplió gracias al desembolso neto por parte del FMI, “es esperable que el valor de este parámetro aminore con el pasar del tiempo, supeditado a pagos de deuda y futuros de desembolsos”.
La suba de tarifas de servicios públicos reaviva la interna oficialista
Un día antes de conocerse el dato de inflación de abril, se realizará la primera audiencia pública para ir definiendo los nuevos aumentos segmentados para los usuarios de luz y gas. El Ministerio de Economía ya anticipó que el 10% de los hogares que más ganan tendrán que pagar alrededor de $6000 por mes en cada servicio, para de esta manera lograr reducir los subsidios del Estado a ese segmento.
Pero el ministro tiene allí otro de sus duros frentes de batalla. Los cuatro funcionarios del área responden a Cristina Kirchner, fue una de las concesiones de Alberto Fernández para intentar contener la interna.
El secretario de Energía, Darío Martínez; el secretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo; el interventor del Enargas, Federico Bernal, y la interventora del ENRE, Soledad Manín, están enfrentados con Guzmán, que les advirtió que las políticas definidas por el presidente Alberto Fernández se mantendrían con “funcionarios alineados” con las políticas de la Casa Rosada.
El ala dura kirchnerista no quiere ceder en aumentos que afecten a los sectores de ingresos bajos y medios y apuntan a la segmentación de tarifas. Al mismo tiempo de necesitar cumplir la meta del FMI, Guzmán deberá hacer equilibrio para que la readecuación de los cuadros tarifarios no metan más presión a la inflación. Las audiencias públicas son un primer paso para evaluar sobre qué terreno está parado.