La Unión Tranviarios Automotor (UTA) comenzó a primera hora del martes con el paro por 72 horas que había anunciado poco antes y que afectará al interior del país. La medida, que no alcanza a los servicios de la Capital Federal y el conurbano bonaerense, se salteará la jornada del miércoles para no perjudicar la realización del Censo. Se resolvió luego de que fracasaron las negociaciones con los empresarios del transporte, en la audiencia que mantuvieron con el gremio en la Secretaría de Transporte de la Nación.
Sin lograr un acuerdo, y con la extensión de la conciliación obligatoria que finalizaba este lunes 16 de mayo, la UTA nacional difundió un comunicado en el que puso en conocimiento “de los trabajadores, las autoridades, los usuarios y de la opinión pública en general”, que iban a cumplir con la medida de fuerza anunciada la semana pasada desde el primer minuto de este martes 17 de mayo.
“Queremos dejar expresado que responsabilizamos de todas las consecuencias de cualquier medida de acción gremial, a la total negativa a acordar los sueldos de los trabajadores del transporte de pasajeros del interior del país, y a pretender negociar salarios diferentes a los del Área Metropolitana de Buenos Aires”, señala el documento que lleva la firma de Roberto Carlos Fernández, Secretario General Consejo Directivo Nacional de la UTA.
Y sigue: “Nuestro pedido ha sido en todo momento claro, pretendiendo únicamente trabajar, y cobrar los salarios que legítimamente nos corresponden. No vamos a permitir que nos condenen a salarios de pobreza. Por eso ratificamos la medida de acción gremial por 72 horas, conforme la siguiente modalidad: paro de actividades el próximo martes 17, retomando la actividad el día del Censo Nacional (18 de mayo) en colaboración a la función desempeñada ese día, en la instancia de feriado nacional, cumplida la cual se reanudará la medida de acción gremial durante los días jueves 19 y viernes 20 del corriente”.
A fines de abril, la UTA lanzó la medida en reclamo de una equiparación de los sueldos del interior con los del AMBA, una demanda cuya satisfacción está atada al regimen de subsidios que recibe el sector, como compensación para que los empresarios no aumenten los pasajes al mismo ritmo de la inflación.