“Es irrelevante que la inflación de mayo sea 4,9 o 5,2%, qué diferencia hay si la inflación anual es de 67, 74 o 77%”, dijo Carlos Melconian, presidente del Ieral de la Fundación Mediterránea, quien señaló que en noviembre pasado, apenas 24 horas después de las elecciones legislativas, el gobierno “bajó la persiana”.
Fue, dijo, “como en esos partidos que a los 30 minutos del segundo tiempo sacás dos delanteros y metés dos defensores. En el caso de este gobierno es mucho más obvio: pero no podés pensar que flotando llegás sin despelote”.
“No se puede llegar tranquilo y linealmente. El gobierno cree que la inflación es socia suya, que licuando el gasto y dejando todo al que viene va a llegar y que el dólar se va a dormir a $ 200. Es natural que se despierte a 220 o 230. Porque en este mamarracho es lo mismo”, dijo en diálogo con radio Mitre. .
Consultado sobre si el reciente derrumbe de los bonos argentinos en pesos es el inicio de un cambio de cartera de los inversores, Melconian dijo que los circuitos de inversión están muy trabados. “En esa micro hay que ver dónde pueden ir los pesos, las empresas tienen restricciones para importar, es todo una ensalada. Pero al final lo que está trabado es el proceso de crecimiento. Por eso son vacíos todos esos discursos que hablan del empleo, la potencialidad. Para gatillar esa hay que cambiar el régimen macroeconómico. Magia no hay. Si seguimos judicializando temas, Vaca Muerta a a quedar enterrada bajo el piso. Hay que buscar un proceso transparente, sin judicialización, compartido entre los políticos, para que haya una revolución energética en la Argentina. Estamos perdiendo el tiempo en la anécdota de si un caño llega el año que viene a Saliquelló, mientras en el norte todavía usan garrafas”.
Consultado sobre si la reciente turbulencia y derrumbe del mercado de bonos en pesos se debe a que, como se insinuó desde el Gobierno, economistas de la oposición como Hernán Lacunza y Luciano Laspina dijeron a empresarios y banqueros que en caso de llegar al gobierno reprogramarían los vencimientos, Melconian lo descartó por completo.
“Estamos perdiendo el tiempo en la anécdota de si un caño llega el año que viene a Saliquelló, mientras en el norte todavía usan garrafas”
En primer lugar, señaló, hay que evitar meterse “en el barro de la política”. Pero agregó: “conozco hace muchos años a Lacunza y Laspina; son dos tipos de primera. Lacunza tuvo que entrar a sacar agua de la canoa, hizo lo que pudo hasta donde pudo. Y la experiencia de Laspina como economista es de primer nivel. Lacunza está con la economía hace 30 años, son tipos de primera”.