«Con lenguaje inclusivo y no binario no estamos disputando un lugar en la gramática, sino un lugar en la sociedad, y estamos invitando a repensar lo que significa sostener esta matriz heteronormativa que sigue generando violencia», sostuvo Manu Mireles, docente no binarie de la UBA y la Untref.
A partir de entender al lenguaje inclusivo como un espacio de disputa por el sentido y los derechos, docentes y estudiantes no binarios rechazaron la decisión del Ministerio de Educación porteño de prohibir su uso en las comunicaciones oficiales y su uso pedagógico y didáctico, al considerar que la medida «anula la vivencia de la identidad» y habilita la proliferación de discursos de odio y violencias que atentan contra sus existencias.
En diálogo con Télam, Agus Noceti y Manu Mireles, docentes no binaries de la Escuela Nº 19, del barrio de Lugano, y del Bachillerato Popular Travesti-Trans Mocha Celis, respectivamente, coincidieron en que, lejos de ser una cuestión meramente gramatical, el lenguaje inclusivo supone un reflejo de luchas y avances en derechos humanos, dentro de los cuales ubicaron a los «derechos lingüísticos».
Al respecto, Mireles aseveró que esta medida significa «un retroceso en términos de garantizar la justicia social, la ciudadanía y la democracia para todas las personas», al tiempo que «viola la normativa vigente», como la Ley de Identidad de Género, la Ley de Educación Sexual Integral y la Ley Micaela.