El joven muerto tenía 19 años y había salido hace un mes de la cárcel. Su abuelo dijo que el arma que llevaba para cometer los delitos era de juguete. Ocurrió en La Matanza.
La familia del joven delincuente de 19 años que murió al ser baleado por un ingeniero que se resistió a un intento de robo reclamó justicia. “Tenía que ir preso, no estar muerto”, declaró el abuelo del joven, Germán.
“No puede portar un arma de semejante calibre”, dijo el hombre acerca del ingeniero. “Mi nieto llevaba un arma de juguete, debió dispararle al pie no al pecho. Es un asesinato”, agregó.
“No se puede hacer justicia por mano propia, debería haber llamado a la Policía”, continuó Germán.
El hecho quedó grabado por una cámara de seguridad cuando la víctima, un hombre de 54 años, llegaba a su trabajo. Allí lo interceptó el joven para robarle el auto con un arma que resultó ser una réplica.
El ingeniero, desde adentro del auto, sacó el arma, abrió la puerta y le disparó en el pecho al ladrón. El delincuente, vestido con un pantalón oscuro, una remera blanca y una gorra del mismo color, cayó al piso a los pocos metros.