Aunque el Banco Central aceleró el ritmo de devaluación, que en noviembre incluso le ganó a la inflación, el rezago cambiario en un contexto de escasez de divisas promete ser la cuestión más tensa con el organismo.
La recurrente discusión técnica sobre el precio del dólar oficial volvió a ocupar un lugar preponderante en las discusiones del Gobierno con el Fondo Monetario de cara al próximo año. El debate con los encargados del caso argentino del organismo ocurre ante las intenciones del ministro de Economía, Sergio Massa, de apaciguar el ritmo de ajuste del tipo de cambio oficial, en la búsqueda de una convergencia de precios al 4% mensual.
Pero con las dificultades del Banco Central para acumular reservas en el centro de la escena, en el FMI anticipan que la proximidad del período electoral generará más presión para aminorar el ritmo de devaluación y el equipo económico deberá hacer un equilibrio constante entre las exigencias del organismo y los requerimientos de la política. “Esas dos sintonías van a ser muy diferentes”, anticiparon a Infobae fuentes oficiales al tanto de lo que se discute con Washington.