Casi 3 de cada 4 pacientes de cáncer tienen la posibilidad de curarse si se lo detecta en etapas tempranas con los chequeos médicos habituales. Existen varios hábitos de prevención que permiten reducir la incidencia de la enfermedad y protocolos de control para detectarla en los estadios iniciales, cuando las terapias resultan muy efectivas.
Según la Organización Mundial de la Salud, el cáncer está entre las 10 causas de muerte del ser humano en el mundo; y Argentina es el quinto país de América Latina con mayor incidencia de esta enfermedad, con 360 diagnósticos por día —15 casos por hora— que se traducen en más de 130.800 detecciones y 60.000 muertes al año, según estimaciones de 2020 del Observatorio Global del Cáncer (Globocan), de la Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer (IARC), a partir de los datos producidos por registros nacionales oncológicos de base poblacional.
Estas cifras son tomadas con preocupación por el sistema de salud y la población, pero bajo la lupa de los profesionales, significan algo más: «El número de diagnósticos de casos cada vez más alto se da porque cada vez se realizan más controles. A su vez, por la detección temprana, las lesiones son más chicas», explicó a Página/12 el jefe de Oncología Clínica del Instituto Alejandro Fleming, Matías Chacón.
En tanto, el especialista consideró necesario reforzar la comunicación para que la sociedad deje de temerle al cáncer. «Hay que desmitificarlo. El diagnóstico de cáncer no tiene que pensarse como una persiana que se cerró o como un signo de que se terminó la vida: es una enfermedad curable, siempre y cuando uno lo detecte en etapas tempranas. Casi de 3 de cada 4 personas se pueden recuperar de su tumor», aseguró.
Las estadísticas que presentó la IARC señalan que casi el 40% de las nuevas detecciones en el país corresponden a tres tipos de tumores: en primer lugar, el cáncer de mama; en segundo puesto el cáncer colorrectal; y tercero el cáncer de pulmón.