La primera década del pontificado de Francisco, el primer papa argentino –y latinoamericano–, que actualmente tiene 86 años, estuvo cargada de hitos y escándalos. Dos de ellos.
El lavatorio de pies en las cárceles
Apenas dos semanas después de haber sido ungido, el papa acudió en su primer Jueves Santo como líder de la Iglesia católica a una cárcel para menores de Casal del Marmo, en Roma.
Allí se produjo el primer gesto que hizo pensar que Francisco era un papa con un estilo diferente: lavó y besó los pies de 12 reclusos, entre las que se encontraban dos mujeres, de las cuáles una era una musulmana serbia, en espejo a cuando Jesús lavó los pies de sus discípulos durante la Última Cena, como signo de amor y de servicio.
A partir de ese entonces, lo convirtió en una tradición que repitió todos los años, a excepción de 2020 y 2021, a causa de la pandemia.
La expulsión de McCarrick, el cura estadounidense acusado de corrupción y abusos
En febrero de 2019, el vínculo entre el papa Francisco y la lucha contra los abusos sexuales dentro de la Iglesia tuvieron otro capítulo cuando, tras una investigación, el excardenal estadounidense Theodore McCarrick fue sentenciado a dimitir del estado clerical por corrupción y abusos.
La situación había salpicado al Sumo Pontífice, dado que el exnuncio apostólico en Estados Unidos Carlo María Viganò lo acusara de haber encubierto a McCarrick. Viganó se convirtió en el cabecilla de un ala conservadora de la Iglesia contra Francisco.