Por Raimi Rios
¿Te ha pasado que has tenido un presentimiento que más tarde se hizo realidad?, ¿Has hecho algo que sentías que había algo mal y luego ese instinto resultó ser cierto?, ¿Has escuchado como una voz interna que te avisa cuando vas por mal o buen camino?
La intuición es la habilidad para conocer, comprender o percibir algo de manera clara e inmediata, sin la intervención de la razón. Aunque a la intuición se le da una connotación mágica, en realidad funciona a través del análisis de detección de patrones. A través de los datos almacenados en el inconsciente, el cerebro consciente puede reaccionar de manera rápida sin un análisis racional de la situación. Esto no quiere decir que usemos la intuición para cualquier decisión vital, es importante tener presente el conocimiento empírico, científico y filosófico. Puede ser tentador considerar nuestros instintos viscerales como una especie de «sexto sentido» misterioso, pero no hay necesidad de apelar a lo paranormal para explicar la intuición.
En las 2 últimas décadas, los psicólogos y neurocientíficos han logrado grandes avances en la identificación de sus fuentes y su papel esencial en nuestras vidas. A lo largo del camino, sus investigaciones han identificado las situaciones específicas en las que es probable que nuestra intuición nos lleve por el camino correcto y las veces que nos lleva por mal camino: un conocimiento que puede ayudarnos a todos a tomar mejores decisiones.
Por ejemplo, Los agentes de bolsas, policías y detectives suelen tener una intuición más aceitada, gracias a su labor diaria. Para los empresarios y comerciantes es también vital en la toma de decisiones. Rehabilitar a la intuición, ya sea para la vida diaria o para aplicar dentro del mundo de la cultura académica o empresarial, y reconocer la necesidad de incorporarla, es clave. Se trata de un recurso personal que está al alcance de todos.
La intuición además de protegernos de situaciones incómodas, dolorosas o riesgosas así como indicarnos cuando vamos por buen camino, poner atención a nuestra sabiduría interior es súper útil para los negocios y para la vida personal, pues favorece las relaciones con los demás al permitirnos reconocer los sentimientos, sensaciones y gestos.
En este sentido, la intuición se relaciona con el lado afectivo de las personas pues se dice que una persona es intuitiva cuando es empática con las otras. Si lo analizamos, esto tiene cierta lógica porque la empatía en el fondo busca entender lo que siente el otro y esta predisposición agudiza la intuición para poder leer y predecir su comportamiento.
Una excelente manera para incentivar nuestra capacidad intuitiva es a través de ejercicios y prácticas que nos hagan adentrarnos en los más profundo de nuestro ser como la meditación, o la relajación. Estas disciplinas nos hacen entrar en contacto con nuestra esencia y aprender a escuchar y sentir todas esas emociones, sensaciones y sentimientos que están rondando por nuestro cuerpo
La intuición es un darse cuenta interior, profundo y holístico que nos permite conocer y comprender algo que se escapa del campo del conocimiento lógico. Es una guía fundamental en nuestra vida que nos orienta a tomar caminos, acciones y decisiones coherente con lo que se necesita en ese preciso instante, o a elegir lo que se puede hacer, de lo que se quiere hacer.
La inteligencia intuitiva puede entrenarse cada día, siempre y cuando nos permitamos ser más libres de pensamiento y, a la vez, receptivos a nuestras emociones. La intuición no es solo cosa de mujeres, todos disponemos de esas ráfagas de luz mental, de esas corazonadas
La intuición no se piensa, se escucha, el proceso pasa por relajarse y dejarse llevar; cualquier cosa que se le ocurra en el instante en que se auto formula una pregunta, por absurda que parezca, dará la clave para encontrar la respuesta.