Tras la muerte de la albacea de Jorge Luis Borges, aún no se sabe quién gestionará el patrimonio literario del gran escritor, que podría quedar en manos del Estado, en este caso el gobierno de CABA.
Cuando apenas transcurrida media mañana el abogado de Kodama convocó a los medios a una conferencia de prensa para anunciar novedades sobre el patrimonio de Borges, todo parecía indicar que había llegado el momento de dar a conocer una decisión meditada con esa parsimonia oriental que la viuda del escritor atribuía a la herencia de su padre japonés.
Sin embargo, nada de lo sugerido aconteció en la conferencia de prensa convocada en el estudio que el letrado tiene sobre el microcentro porteño. “No dejó testamento”, se apuró a decir el abogado de Kodama e integrante de la Fundación Internacional Jorge Luis Borges, creada en 1988 por la viuda del autor de “Ficciones” para apuntalar su labor individual como custodia de la obra del escritor argentino más universal de todos los tiempos. Y a continuación aclaró: “Su escribana de confianza no tiene testamento. Nadie de círculo cercano entre quienes consultamos conoce el testamento. Si al momento de entrar a su casa se encuentra un testamento, se tomará ese, pero las posibilidades son bajísimas”.
«No quería hablar de la finitud»
El abogado confirmó que mientras no haya herederos ni haya una disposición, esa herencia pasará al dominio público, en este caso la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba). Enseguida las dudas e interrogantes se esparcieron entre los periodistas presentes. ¿Por qué Kodama, que defendió “como samurái” la obra de Borges, no dejó testamento? “Era su vida, no le importó nunca lo patrimonial —explicó Soto—. No quería hablar de lo que fuera de la finitud, tanto es así que Borges no le dijo a ella que fuera heredera. Ella se enteró luego”, agregó.
El abogado se atajó rápidamente y contó que ante “alguna polémica en el entorno de Kodama”, decidió presentarse ante la Justicia: “Me presenté hoy ante el juez como persona interesada, porque el Código Civil establece que cualquier persona interesada puede pedir medidas de protección de los bienes”, indicó.
“Ojalá un pariente heredero se presente. Tienen hasta diez años para presentarse, tiene que reclamar la herencia en el Estado que esté”, explicó sobre la posibilidad de que aparezca un heredero.
De no aparecer herederos, el legado literario del escritor quedará en manos de la jurisdicción de CABA, que se encargará de gestionar los derechos por traducciones, nuevas ediciones así como de materiales inéditos, una tarea que desde 1986 y hasta hace unos días había desempeñado su viuda y albacea, fallecida el pasado 26 de marzo a los 86 años.
“En Japón traté de averiguar con gente vinculada a cuestiones diplomáticas y expresaron que ellos están con muchos requisitos para aceptar una donación, un legado. No es como Estados Unidos que tiene menos requisitos. De hecho, la Japan Foundation le ofreció a María Kodama ser la representante y ella no aceptó por la responsabilidad que implicaba hacerse cargo de esa obra. Que yo sepa, no existe ningún documento en Japón”, explicó el abogado, aunque aclaró que “puede haberlo”.
La obra de Borges seguirá siendo custodiada al menos por unos 33 años más, cuando en 2056 se cumplan 70 años de la muerte del autor y sus textos pasen a dominio público.