La décima denuncia por cánticos en contra del brasileño amenaza con ser tanto la más polémica como la que más le afecte: aunque el apoyo hacia él es generalizado, la postura de la competición es más tibia.
Nadie esperaba que el encuentro entre el Valencia y el Real Madrid de este domingo fuese a trascender más allá de lo estrictamente necesario. Sin embargo, nadie se acuerda ya de la lucha por la salvación en Mestalla. Por mucho que el madridismo afrontase el encuentro sin ningún tipo de interés al estar sentenciada LaLiga, el relato cambió por completo a partir del minuto 72: desde entonces, se desencadenó el que ya es el momento más difícil de Vinicius en España, con una nueva polémica por el racismo que se postula como la peor de las habidas hasta la fecha.
El fútbol empezó a ser lo de menos cuando el jugador brasileño del Madrid, al disponerse los blancos a sacar un córner, se puso a señalar a un aficionado situado en el fondo de Mestalla: estaba insultándole. “¡Has sido tú! ¡Has sido tú!”, decía Vinicius, después de haber trasladado su preocupación por lo que escuchaba, sin mayor importancia en un primer momento, al árbitro y al juez de línea.
“Me está llamando mono, mono, está haciendo ‘así’ con los brazos y llamándome mono”, se justificaba Vinicius ante sus compañeros, con Rüdiger y Militao intentando apaciguarle. Los locales Lucas y Gayà también buscaron que la cosa no fuese a mayores: el primero llegó a reprochar el comportamiento de la grada de Mestalla y a tildar de “racista de mierda” al hincha que insultó a Vinicius. Después de que Vinicius le expusiese la problemática al colegiado De Burgos Bengoetxea, la Policía intervino para expulsar del estadio al provocador: incluso se llegó a advertir por megafonía que el partido, interrumpido durante unos 6 minutos, podía ser suspendido.
“Tranquilo, si hay algún insulto más nos metemos dentro”, le dijo rotundo el árbitro a Vinicius. Pero la situación, que parecía ya estabilizada, volvió a descontrolarse minutos más tarde, de nuevo con un córner del Madrid y su atacante carioca de por medio. Que Musah no quisiese darle el balón a Rüdiger para efectuar el saque de esquina provocó una reprimenda de Vinicius. Algo que no sentó nada bien al portero del Valencia, Mamardashvili: la tangana estaba servida. En medio de la refriega, Hugo Duro agarró del cuello a Vinicius y este le correspondió con un manotazo en la cara.
Así se gestó la primera expulsión de Vinicius desde que compite en LaLiga. Ser el único perjudicado por lo que acababa de suceder en el terreno de juego (solo se pudo revisar su acción en el VAR) tan sólo encendió más al de São Gonçalo: abandonó el césped dedicándole un gesto de “a Segunda” a la hinchada de Mestalla, que le cantaba “¡Tonto!” en respuesta. La tensión se trasladó al túnel de vestuarios, ya que el banquillo del Valencia fue por Vinicius, y a las redes sociales, donde el futbolista merengue decidió hablar alto y claro.
LaLiga y la Federación, en el punto de mira
“No era la primera vez, ni la segunda, ni la tercera. El racismo es normal en LaLiga. La competición cree que es normal, la Federación también y los adversarios la alientan. Lo siento. El campeonato que alguna vez fue de Ronaldinho, Ronaldo, Cristiano y Messi hoy es de los racistas. Una hermosa nación, que me acogió y a la que amo, pero que accedió a exportar al mundo la imagen de un país racista. Lo siento por los españoles que no están de acuerdo, pero hoy, en Brasil, España es conocida como un país de racistas. Y desafortunadamente, para todo lo que sucede cada semana, no tengo defensa. Estoy de acuerdo. Pero soy fuerte y llegaré hasta el final contra los racistas. Aunque sea lejos de aquí”, fueron las palabras de Vinicius en Twitter sobre el episodio vivido en Mestalla.
El brasileño se ha encontrado con un apoyo prácticamente unánime tras lo sucedido. Por supuesto, Real Madrid y Valencia no tardaron en tomar cartas en el asunto: el club anunció que ha presentado una denuncia ante la Fiscalía General del Estado, concretamente a la Fiscalía dedicada a los delitos de odio y discriminación, y su rival este domingo expulsará de por vida a los aficionados que profirieron gestos racistas a Vinicius.
En el vestuario del Real Madrid, se ha arropado sin ambages al jugador, pero también fuera de él: Ronaldo Nazario, Kylian Mbappé, Casemiro, Neymar, Lineker… El apoyo a Vinicius ha traspasado incluso las fronteras del deporte, ya que el propio presidente de su país natal, Lula Da Silva, ha pedido “que la FIFA y otras entidades tomen medidas para evitar que el racismo se apodere del fútbol”. Precisamente, el ente que rige el deporte rey a nivel internacional ha sido muy contundente en boca de su máximo responsable, Gianni Infantino: “No hay lugar para el racismo en el fútbol ni en la sociedad, y la FIFA apoya a todos los jugadores y a todas las jugadoras que lo han sufrido en carne propia”.
De hecho, la FIFA fue todavía más allá al clarificar cómo se debería actuar ante un caso de racismo en un encuentro futbolístico “en todos los países y en todas las ligas”: “En primer lugar, se detiene el partido y se anuncia. En segundo lugar, los jugadores abandonan el terreno de juego y el anunciador dice que, si continúan las agresiones, se suspenderá el partido. El partido se reanuda y, en tercer lugar, si continúan las agresiones, el partido se detendrá y los tres puntos serán para el adversario”.