Luego de estar más de tres décadas con el grupo folclórico, el músico inicia su despedida con una profunda reflexión de su carrera.
“Un día me desperté dije: ‘Hasta acá llegué’. Mi misión de cantar estaba: llegué a lugares insólitos, hice cosas que no pensé jamás que las iba a hacer con la música. Así que busco otra misión que el universo me tirará”, confía Kike Teruel, a horas de despedirse de Los Nocheros en un show único en el Movistar Arena.
Fueron 37 años, algunos con hasta 200 presentaciones, y si bien en el escenario sigue disfrutando, reconoce que el antes y el después ya no. “No tenés fin de semana. A mis hijos, los tres más grandes no los disfruté para nada. Su primera caminada, sus actos, el primer día del colegio: no estaba”, cuenta, más liviano, feliz con la decisión tomada, y también dispuesto a todo lo que vendrá.
El sueño empezó a los 29 años. Corría 1994 cuando se animó a ir a Buenos Aires. La misión: encontrar a Juan Alberto Mateyko. “Te cruzaba a vos, que no te conocía, y te decía: ‘Che, ¿lo conoces a Mateyko?’. Y así a cualquiera en la calle. Era mi objetivo”, recuerda.
Los roles entre los Teruel estaban claros: “Un día le digo a mi hermano (Mario Teruel): ‘Vos decís qué cantamos y yo te voy a decir dónde y cuándo’”. Finalmente, tras tanta insistencia, el encuentro con Mateyko sucedió. “Juan me abrió la puerta de su casa, me dice: ‘¿Por qué querés cantar? ¿Por qué creés que van a entrar?’. Y le digo: ‘Porque nadie canta como nosotros. Te puede gustar o no, no te digo que cantamos mejor que nadie, pero como nosotros, no canta nadie’”. El conductor comenzó por poner a Los Nocheros en el programa, al día siguiente: solo con eso llenaron dos Coliseo.
“En nuestra época de mucho reconocimiento me costaba apagar la luz. Algunos dicen: ‘No, yo no cambié’. Bueno, yo no comparto. Yo sí cambié, cambié y mucho. La fama, lo que uno cree que te da la fama, es muy riesgosa y es muy complicado cuando te la creés. Me pasó, por supuesto que me pasó”.
—¿Te gustaría ser gobernador de Salta?
—Sí, claro. Sí, sí, sí. Sí, me gustaría ser líder. Pero me falta un montón. Que lo puedo llegar a hacer creo que sí porque con Los Nocheros tampoco pensé que íbamos a ser líderes de un movimiento popular y lo fuimos, ¿me entendés? Pero tenía compañeros: tenía la mejor voz, tenía el mejor armonizador, teníamos cabeza. Entonces, lo mismo me gustaría.
—Bueno, reconocer que hay que prepararse y armar equipo es un punto de partida.
—Eso me encantaría. Sí te voy a nombrar el partido que me gusta, de mi amigo Ariel Báez de Los Alonsito: se llama CICO, Ciudadanos Comprometidos, y ganó por casi el 80% en Corrientes. Y nadie sabe. Es un partido de él, que todavía no le bajan línea. Él siempre me jode, me dice: “Amigo, metete, vamos juntos”. Si iría, iría con él. Ahí sí me encantaría. Sí, me gustaría jugar así.
—¿Estás más para armar tu propia estructura que para sumarte a algo existente?
—Claro. Sí, me gustaría. Pero como te digo: en casa me vuelan, entonces tengo que esperar.
Fuente: Infobae