Alemania eliminará los test obligatorios para viajeros llegados de zonas de riesgo y volverá a reservar las pruebas para aquellos con síntomas o exposición al virus, mientras que el Gobierno de Berlín prohibió una marcha anticuarentena prevista para el fin de semana por considerar que la «santidad de la vida» está por encima del derecho a reunión.
El ministro de Salud, Jens Spahn, dijo hoy que el número de test realizados en Alemania se duplicó a cerca de 900.000 por semana durante las vacaciones de verano, en parte para identificar casos de personas infectadas durante viajes al extranjero.
Por ahora y desde que empezó el verano, se ofrecen pruebas gratis de coronavirus a la gente que arriba a Alemania desde zonas con alta circulación del virus, tanto en aeropuertos, estaciones de trenes o pasos fronterizos para vehículos, lo que les permite acortar el periodo de 15 días de cuarentena obligatoria si el resultado da negativo.
Sin embargo, después del verano, aquellos que lleguen desde zonas de alto riesgo, que para Alemania son casi todos los países que no están en la Unión Europea (UE) y algunas regiones del bloque, deberán hacer una cuarentena de cinco días antes de hacerse el test, que podría ya no será gratis a menos que lo indique un médico, dijo Spahn.
«Con el fin del periodo de vacaciones, este riesgo va a disminuir otra vez. Tenemos que volver a hacer foco en los pacientes con síntomas y aquellas que hayan tenido contacto con pacientes con Covid», como personal médico y cuidadores de personas dependientes, explicó, al anunciar el retorno al régimen anterior respecto de las pruebas de detección.
Spahn no dijo exactamente qué día empezará a regir el cambio, pero es probable que se decida mañana en una reunión entre la jefa de Gobierno del país, la canciller Angela Merkel, y los gobernadores de los 15 estados de Alemania, informó la agencia de noticias alemana DPA.
El cambio de estrategia de testeo también obedece a que los laboratorios de Alemania ya llegaron al límite de su capacidad, agregó el ministro.
Al igual que en gran parte de Europa -que había controlado su primera ola de contagios en abril o mayo-, los casos de coronavirus aumentaron en Alemania, que la semana pasada registró más de 2.000 contagios en un día por primera vez en casi cuatro meses.
Hoy, la autoridad sanitaria alemana informó de 1.576 nuevas infecciones en las últimas 24 horas, con lo que el total se elevó a 236.429 desde el inicio de la pandemia, incluyendo 9.280 muertes.
También hoy, los dos partidos de la coalición de Gobierno alemana acordaron extender hasta diciembre de 2021 un esquema de emergencia por el cual el Estado se hace cargo de hasta el 87% del salario que deja de percibir el trabajador por la reducción de jornada como consecuencia del impacto de la pandemia.
En otros acontecimiento, los organizadores de un polémico concierto del cantante Brian Adams previsto en la ciudad de Duesseldorf para el 4 de septiembre anunciaron hoy su cancelación por el coronavirus, mientras que el Gobierno de Berlín prohibió una serie de marchas este fin de semana contras las restricciones por la pandemia.
El secretario de Seguridad de Berlín, Andreas Geisel, dijo que en esas protestas se hubiera incumplido seguramente con el distanciamiento social, y citó como ejemplo una marcha anticuarentena realizada en la ciudad el 1 de agosto en la que las personas no usaron tapabocas y se apiñaron una sobre otra.
«Necesitamos contrapesar el derecho básico a la libertad de reunión con la santidad de la vida. Nosotros elegimos la vida», dijo Geisel, que dijo que la policía actuará contra cualquier marcha.
«No aceptaré que Berlín sea llevado por delante por segunda vez por negacionistas del coronavirus y extremistas de derecha», sentenció.