El viceministro de Turismo de Uruguay, Remo Monzeglio, dijo hoy que el cierre de las fronteras para los viajeros extranjeros, decidida por el presidente Luis Lacalle Pou, no es un anuncio que les traiga «alegría», en especial respecto a los turistas argentinos y brasileros, pero consideró que de esta manera «se prioriza el cuidado de la salud humana ante todo».
«No es un anuncio que nos traiga alegría porque nos gustaría recibir a los turistas argentinos y brasileros como todos los años, pero era necesario hacerlo porque en estos momentos lo único importante es frenar los contagios de coronavirus», señaló Monzeglio en declaraciones a radio La Red.
El viceministro de Turismo uruguayo afirmó que «la decisión se tomó en un contexto en el que aumentan los contagios de Covid-19 en Uruguay, que a pesar de tener números bajos para la región y el mundo para nosotros son importantes y nos llaman a tomar precauciones».
«Las fronteras estarán cerradas y los miles de argentinos que todos los veranos nos visitan no podrán hacerlo, pero tampoco podrán visitar Argentina los 500 mil uruguayos que pasan sus vacaciones en Entre Ríos», agregó.
Uruguay recibió en 2019 unos 3.500.000 turistas extranjeros, de los cuales 1.800.000 fueron argentinos y 400.000 brasileños, con un impacto económico del orden de los 2.300 millones de dólares.
El arribo de visitantes argentinos representa el 56% del total de ingresos anuales del turismo extranjero al vecino país y el 70% en los meses de verano.
La Cámara Uruguaya de Turismo estimó que el cierre de las fronteras para el turismo extranjero provocará una pérdida cercana a los 1.300 millones de dólares de los 2.300 millones que la actividad genera por año y advirtió que la desocupación en el sector podría superar el 55%.
La vuelta de la actividad turística en Uruguay es clave para el desarrollo económico, ya que implica el 8% de un PBI de unos 59.000 millones de dólares y ocupa al 11% de los 1.700.000 trabajadores de ese país.