Más de 20 países se movilizarán el próximo viernes 11/12 en una acción sin precedentes que conectará las luchas contra el fracking en la primera línea en los países del Sur Global, con sus contrapartes europeas del lado del consumo, lugar también de origen de las principales multinacionales del fracking que realizan en el resto del mundo una técnica que está prohibida en sus propios países.
Diversos movimientos ambientales, asambleas, y grupos locales que padecen el avance de esta técnica altamente contaminante en Argentina, Colombia, México, así como en varios países de África y Asia, se unirán para ejercer presión sobre los gobiernos y empresas Europeas en España, Francia, Bélgica, Alemania, Irlanda, Inglaterra, Austria y Holanda.
La acción busca visibilizar la responsabilidad de las multinacionales europeas que se encuentran entre las más contaminantes del mundo: Shell, Total, BP, Repsol, Wintershall- ayudando a amplificar en el Norte Global las luchas locales contra sus ecocidios en el Sur Global. La campaña se centra en conectar los múltiples aspectos de la industria del fracking (extracción, terminales de exportación / importación de GNL, gasoductos, producción de plásticos, etc.) como denominadores comunes del lado de la extracción y el consumo entre los distintos países.
La ciencia ha demostrado que el fracking es responsable de más del 50% del aumento de las emisiones de metano a nivel mundial provenientes de la industria de los combustibles fósiles y aproximadamente un tercio del aumento total de las emisiones cuando se toman en cuenta todas las fuentes a nivel mundial durante la última década. El metano es un gas 87 veces más potente que el CO2 en su impacto sobre el calentamiento global durante los primeros 20 años en la atmósfera y, por lo tanto, la industria del fracking es una de las principales causas de la aceleración del calentamiento global, que debe abordarse a nivel mundial. Esto también hace que el gas de esquisto sea el combustible fósil con mayores emisiones de gases de efecto invernadero entre todos los combustibles fósiles, 40-60% peor aun que el carbón.
El ejemplo del yacimiento Vaca Muerta en Argentina -el segundo más grande del mundo en gas no convencional y el cuarto en petróleo no convencional- es un caso contundente de la necesidad urgente de detener el fracking: estudios científicos han determinado que la explotación total de Vaca Muerta con el fracking consumirá el 15% de la totalidad del presupuesto global de carbono que le queda a la Humanidad para evitar exceder 1,50 C de calentamiento, más allá de lo cual las consecuencias ambientales serán devastadoras. Por eso el próximo viernes, las provincias afectadas Mendoza, Rio Negro y Neuquén llevarán adelante acciones conjuntas contra lo que constituye la bomba climática más grande de ese país.
En España por otra parte, se planean acciones en distintos puntos del país, para generar presión sobre el gobierno y las principales empresas involucradas en el negocio. España es el mayor importador de gas de esquisto de Europa, y el tercero a nivel mundial detrás de Corea del Sur y Japón. España es además líder mundial en reexportación de GNL (incluyendo el de origen convencional), con un alto porcentaje del mercado global. Todo esto da a España un papel protagónico sobre el avance del fracking y el calentamiento global. Sin embargo, este tema central pero ausente hasta ahora del debate, ha sido excluido del proyecto de Ley de Cambio Climático y transición Energética, echando por tierra las mejores intenciones de reducir emisiones.
En vísperas de un nuevo aniversario del Acuerdo de París, los grupos ambientales resaltan la doble vara de los gobiernos europeos que realizan compromisos ambientales para reducir sus emisiones, mientras en los hechos permiten y promueven que sus empresas continúen incrementándolas en el exterior, para luego importar sus productos, como en este caso el gas de esquisto obtenido mediante el fracking. Europa incluso subsidia con miles de millones de dólares en fondos públicos la construcción de múltiples terminales de importación dedicho gas en la forma de GNL (“Gas Natural Licuado”).
“De este modo, Europa simplemente está tercerizando sus emisiones al resto del mundo, mientras los gobiernos le dicen al público que este gas –con una huella de carbono mucho peor que el mismo carbón- es una energía limpia “de transición”. Europa está saboteando en la práctica los compromisos ambientales que ha asumido en los papeles. No hay Acuerdo de Paris posible con fracking”, dijo Esteban Servat, uno de los organizadores.