En un breve mensaje grabado en la Quinta de Olivos, el jefe de Estado reconoció la situación crítica en la que se encontraba el país sin un entendimiento con el organismo multilateral de crédito y prometió que no habrá condicionamientos para la economía argentina. “Había un problema gravísimo y urgente y ahora tenemos una solución posible y razonable”, aseguró el Presidente.
“No restringe, no limita ni condiciona, los derechos de nuestros jubilados que recuperamos en el año 2020. No nos obliga a una reforma laboral. Promueve nuestra inversión en obra pública. No nos impone llegar a un déficit cero”, dijo el jefe de Estado en su mensaje.
En ese sentido, agregó: “No impacta en los servicios públicos, no relega nuestro gasto social y respeta nuestros planes de inversión en ciencia y tecnología. Además, vamos a poder acceder a nuevos financiamientos, precisamente, porque este acuerdo existe”.
El mandatario calificó el peso de la deuda como una soga al “cuello, una espada de Damocles” y aventuró que el acuerdo le permite al país fijar un camino de crecimiento.
A la misma hora que comenzó el discurso de Fernández, el FMI inició una reunión extraordinaria para cerrar la carta de intención. El entendimiento deberá ahora ser debatido en el Congreso de la Nación.
La definición llega en un momento sensible para la economía. La incertidumbre por la negociación llevó el dólar libre a 223 pesos. La inflación continúa desbordada, con una proyección de 4% para el primer mes del 2022 y las reservas del Banco Central son escasas. En ese marco, la Argentina exigía un tiempo de gracia para recomponerse, crecer, acumular dólares y luego saldar el préstamo stand by.
“Había un problema gravísimo y urgente y ahora tenemos una solución posible y razonable. Es tiempo de unirnos en las soluciones y no de dividirnos en los problemas”, resaltó el titular del Poder Ejecutivo.