El Presidente no tiene intenciones de fracturar el Frente de Todos, pero busca consensos políticos entre gobernadores, intendentes y legisladores para ocupar los principales ministerios. Calificó de emplazamiento la larga carta de Cristina, y no comparte su perspectiva acerca de Cafiero, de su vocero Juan Pablo Biondi y de la necesidad de nombrar nuevos ministros después de la derrota electoral.
Sin embargo, el jefe de Estado asume su propia responsabilidad institucional y anunciará un cambio de Gabinete antes que el domingo termine sus horas. Ya inició las negociaciones de rigor, con CFK y sus contertulios, y adelantó que no aceptará la colonización de La Cámpora y el Instituto Patria.
Desde esta perspectiva, Alberto Fernández se preservará las designaciones del jefe de Gabinete, el ministro del Interior, la Cancillería y el Palacio de Hacienda, y está dispuesto negociar la fusión de ministerios y secretarías para lograr que “los funcionarios funcionen”.
No cederá a Biondi, y tampoco al secretario General Julio Vitobello. Vilma Ibarra continuará como secretaria Legal y Técnica, Martín Guzmán permanecerá en el Palacio de Hacienda, y Juan Zabaleta, Gabriel Katopodis, Carla Vizzotti y Matías Lammens seguirán como ministros, aunque sus carteras pueden cambiar de nombre y remozar sus facultades.
El resto de los ministros y de los secretarios tienen un futuro incierto, sujeto a las negociaciones que ya iniciaron. “Está todo sobre la mesa”, sintetizó un ministro que ayer pasó el día en Olivos.