Cristina Kirchner y Alberto Fernández se reunieron anoche durante más de tres horas en Olivos para analizar las PASO y diseñar una nueva estrategia para intentar revertir los resultados de las adversas elecciones. Estuvieron en la residencia presidencial, a solas, y estaba previsto otro encuentro en los próximos días para terminar de definir los tiempos del cambio de Gabinete, entre otras modificaciones en el Gobierno.
El encuentro, informaron altas fuentes oficiales, se produjo en el chalet de la quinta oficial entre las 18.30 y las 22. El Presidente y la vice estuvieron a solas y el contenido de la reunión se mantenía en reserva. Es el primer paso que esperaban las distintas tribus para empezar a ordenar la interna en la coalición oficialista, a menos de dos meses de las elecciones de noviembre. Sin embargo, desde el entorno de Cristina Kirchner negaban esta mañana que la reunión haya existido.
En los distintos espacios consideran necesarios los cambios, pero hay diferencias sobre los detalles del nuevo rumbo, los tiempos de la implementación, la profundidad, y los funcionarios sobre los que impactarán. El ministro de Economía, Martín Guzmán, es el funcionario más cuestionado: en gran parte se atribuye la derrota al manejo de su cartera.
La renuncia de los miembros de los gabinetes de Alicia Kirchner en Santa Cruz, que se conoció el lunes a la noche; y de Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires, que confirmó hoy la ministra de Gobierno, María Teresa García, son un indicio del planteo de Cristina Kirchner. Como fue manifestado por las voces de distintos referentes del kirchnerismo en los últimos días, la postura del Instituto Patria es que la reorientación en el Gobierno y el reemplazo de ciertas figuras deberían realizarse de la manera más expeditiva posible. El principal apuntado es el ministro de Economía, Martín Guzmán.
Los resultados de las primarias dejaron en evidencia, como se esperaba, cuál es el peso de cada fuerza hoy. Cristina Kirchner se mantiene como la principal aportante de votos: la única zona de la Provincia donde ganó el Frente de Todos es la populosa tercera sección electoral, en el sur del conurbano, donde impone su figura. Sin embargo, la vicepresidenta se posicionó con un margen inferior del obtenido en 2019, lo cual representó un golpe que en el Instituto Patria intentaban digerir. Responsabilizan al Presidente, quien “perdió” los votos moderados que aportó hace dos años debido al desgaste desde el año pasado por el manejo de la pandemia, sus errores discursivos y el escándalo en Olivos.
El presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, también sufrió un fuerte revés en los comicios: el oficialismo perdió en la primera y la cuarta sección electoral, donde se encuentran los núcleos más concentrados de ciudadanos de clase media a los que el Frente Renovador se dirigió a través de discursos y políticas sobre temas impositivos y vinculados a la inseguridad. La reconstrucción del vínculo roto con Cristina Kirchner en 2019 se había debido, en buena parte, al aporte de votos -más del 10 por ciento- que podría brindar el Frente Renovador al proyecto de “unidad” del peronismo. Ese porcentaje, socavado en estas elecciones, también obligaba en estos días a Massa a recalcular.
Las jornadas posteriores a las devastadoras PASO transcurren entre especulaciones en retrospectiva, con la pregunta sobre los motivos de la derrota en el centro, y hacia el futuro, respecto de las modificaciones en el Gobierno de cara a las elecciones generales. Además, se discute un eventual reacomodamiento en el poder en la coalición de gobierno, donde todos los espacios salieron perjudicados.