La mayoría de las víctimas fatales responde a afganos que pugnaban por huir del país y hasta el momento hay 13 estadounidenses, todos soldados, que custodiaban la Abbey Gate, uno de los accesos.
Hay 95 afganos muertos, aunque otras fuentes estiman un número mayor. Además, hay al menos otros 140 heridos por el doble atentado perpetrado por el grupo yihadista Estado Islámico del Korasan (ISIS-K, por sus siglas en inglés).
El doble ataque suicida ocurrió ayer después de días en los que los gobiernos de varios países habían alertado de la posibilidad de atentados en el aeropuerto, donde miles de personas trataban entre empujones de acceder a alguno de los vuelos de evacuación desde la toma de la capital afgana por los talibanes el pasado 15 de agosto.
Horas más tarde, la rama afgana del grupo yihadista Estado Islámico reivindicó el ataque, aunque solo se hizo eco de una de las explosiones, perpetrada por uno de sus combatientes, que logró pasar inadvertido a través de los controles de seguridad “de las fuerzas estadounidenses y de la milicia talibán alrededor de la capital”.
El principal portavoz talibán, Zabihulla Mujahid, condenó “enérgicamente el ataque a civiles en el aeropuerto de Kabul, que tuvo lugar en una zona donde las fuerzas estadounidenses son responsables de la seguridad”.
Se trata del primer ataque de este tipo desde que los talibanes tomaron el control del país el pasado 15 de agosto con la toma de la capital afgana, pese a los rigurosos controles de seguridad de los islamistas en toda la ciudad.