El nuevo secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, que ayer fue confirmado en el cargo por el Senado, inició con Canadá, México, Japón y Corea del Sur las primeras rondas de conversaciones telefónicas con gobiernos internacionales.
Al igual que el presidente Joe Biden, la primera llamada de Blinken fue a Canadá, para hablar con su homólogo, Marc Garneau, con quien se comprometió a «estrecha alianzas» y abogó por colaborar para contener los retos comunes, según el Departamento de Estado.
El jefe de la diplomacia estadounidense se comunicó también con su par mexicano, Marcelo Ebrard, con quien dialogó sobre seguridad e integración económica.
El propio Ebrad anunció en Twitter que había mantenido una «productiva y cordial conversación» con Blinken y que iniciaron «trabajos para implementar la mejor relación posible entre nuestros dos grandes países».
Con la llegada de Biden a la Casa Blanca, Washington quiere tener «un enfoque ordenado y humano» hacia la inmigración, después de cuatro años del Gobierno de Donald Trump, que tuvo una política dura con los migrantes.
Con sus socios asiáticos, Japón y Corea del Sur, Blinken reafirmó su voluntad de mantener una alianza estrecha.
En el caso de Corea del Sur, el diplomático estadounidense le hizo saber a su par, la ministra Kang Kyung Wha, que el Gobierno seguirá insistiendo en la «necesidad» de lograr la «desnuclearización» de Corea del Norte.
Blinken, de 58 años, recibió un amplio respaldo del Senado, con 78 votos a favor y 22 en contra, lo que lo convierte ya en el sucesor formal de Mike Pompeo.
«El liderazgo estadounidense aún cuenta. Cuando no estamos en la primera línea, entonces otro país intenta ocupar nuestro lugar, pero probablemente no de una manera que promueva nuestros intereses o valores. O tampoco lo hace, y es un caos», sostuvo el diplomático frente a los senadores.
Cercano al presidente Biden, de modos amables y cuidados, Blinken parece en las antípodas de su antecesor, quien solía molestarse cuando una pregunta lo desagradaba.
Aún así, el nuevo jefe de la diplomacia estadounidense consideró que Trump había «tenido razón al adoptar una postura más fuerte contra China», aunque las diferencias aparecen cuando se trata del acuerdo nuclear con Irán.
Blinken fue asesor de Biden en el Senado y luego cuando fue vicepresidente de Barack Obama, antes de convertirse él mismo en subsecretario de Estado de 2015 a 2017.