El Tribunal de Cuentas de la Unión de Brasil (TCU) avaló este miércoles la privatización de Eletrobras, la mayor compañía eléctrica de América Latina, que se convertirá así en la primera gran empresa estatal en ser vendida por el Gobierno de Jair Bolsonaro.
El aval del órgano que fiscaliza las cuentas del Estado brasileño, por amplia mayoría, permitirá que la venta se concrete entre mediados de junio y mediados de agosto de este año, según el Gobierno.
«Por 7 votos a 1, declaro vencedora la propuesta» del relator, que autoriza la continuidad del proceso de desestatización, afirmó la jueza Ana Arraes, presidenta del TCU, al cabo de una deliberación de más de 4 horas, citada por la agencia de noticias AFP.
Eletrobras es dueña de las principales empresas generadoras de energía hidroeléctrica y posee 40% de las líneas de transmisión.
La privatización, que ya fue aprobada a mediados de 2021 por el Congreso brasileño, se realizará vía capitalización, a través de la emisión de nuevas acciones, con el objetivo de que la participación estatal en el capital de Eletrobras caiga del 72% al 45%, según analistas.
El estado conservará un poder de veto (‘golden share’) en decisiones estratégicas sobre la compañía, responsable de generar un tercio de la energía del país.
La expectativa del Gobierno es de captar hasta 67.000 millones de reales (13.500 millones de dólares al tipo de cambio actual), 25.000 millones de los cuales irían a las arcas del Tesoro, mientras el resto se destinará a programas públicos de reducción de tarifas y de desarrollo, según estimaciones de expertos.