Los casos de coronavirus que se notifican a diario en promedio en la ciudad de Buenos Aires registraron un descenso superior al 40% desde el 1 de septiembre, pero la letalidad -calculada como fallecidos sobre infectados reportados- aumentó en el mismo período de 2,44% a 3,27% como consecuencia de la «evolución de la curva» y de la puesta al día de datos demorados, afirmaron especialistas.
«El promedio de casos diarios el 1 de septiembre era de 1300, hace una semana fue de 800 y ayer, tomando siempre los últimos 7 días, el promedio dio 711; a esto se suma que viene bajando la positividad (confirmados sobre testeados), lo que podría ser un indicio de que efectivamente hay un descenso de la curva», señaló la docente e investigadora Soledad Retamar.
Y añadió que «esto puede deberse a varios factores. Por ejemplo, a pesar de las aperturas podría ser porque la gente que se ‘mueve’ en su mayoría son jóvenes y se infectan pero no lo detectan porque son asintomáticos, o bien ya se infectaron», describió la especialista, que integra el Grupo de Investigación en Bases de Datos (GIBD) de la Facultad Regional Concepción del Uruguay de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN).
En relación a las actividades, Retamar remarcó que «muchas de las que fueron habilitando en Ciudad son al aire libre, donde existe menor riesgo de contagio».
Según el análisis sobre datos oficiales del investigador del Conicet y docente de la Universidad Nacional de Córdoba, Juan Andrés Fraire, la ciudad de Buenos Aires registra 4.568,8 casos por millón de habitantes, lo que la convierte en la segunda jurisdicción del país de acuerdo a esa variable, detrás de Tierra del Fuego que tiene 4.743,5 casos por millón.
Por su parte, el físico y exdecano de Ciencias Exactas de la UBA, Jorge Aliaga, señaló que en cualquier jurisdicción los casos bajan cuando se presentan dos escenarios: «Porque la mayoría de la población se contagió o bien por situaciones donde se generan aislamientos selectivos que hacen que haya menos personas susceptibles expuestas», explicó.
Aliaga, investigador del Conicet y parte de un grupo de científicos que analiza los números desde el inicio de la pandemia, sostuvo que «el primer caso fue lo que pasó en los barrios vulnerables de CABA, donde la curva bajó con claridad; de hecho en junio se hizo un estudio que había arrojado un 53% de contagios en uno de estos barrios».
Asimismo, señaló que «si no hay reinfecciones este escenario es más estable y definitivo que el segundo; pero si comienzan las reinfecciones los casos vuelven a aparecer».
«En el segundo escenario, que es lo que creemos que sucede hoy en la Ciudad y en algunas localidades de provincia del AMBA, lo que evaluamos es que existe un grupo considerable de personas jóvenes y exceptuadas que ya se infectaron, que son las que más circulan, y que hay un porcentaje de la población que es mayor en cuanto a la edad o bien tiene alguna enfermedad y se está cuidando; esa combinación de personas expuestas que ya se infectaron con otras que están guardadas hace que los casos bajen; es una situación mucho menos estable que la primera», describió.
Por su parte, el médico infectólogo Martín Hojman analizó que «la baja de casos en Ciudad tiene una explicación multicausal; por un lado, al haber habido tantos casos creo que todos conocemos a alguien que tuvo Covid y eso mejora la percepción de que el coronavirus es real y puede ser complicado, lo que nos lleva a cuidarnos más».
«Por otro lado, la política de testeo y rastreo de contactos se mejoró con el tiempo, y eso pudo haber tenido un efecto positivo», añadió.
Otra posible causa es que «al haber muchas personas que tuvieron contacto con el virus y desarrollaron anticuerpos, eso hace que el virus encuentre menos posibilidad de circular; eso no es la inmunidad de rebaño porque no se alcanzó a la mayoría de la población pero sí puede tener un efecto».
En referencia a los fallecidos, la jurisdicción reportó unas 1.499 muertes por millón de habitantes a causa de Covid-19; en tanto que la letalidad actual (porcentaje de decesos sobre diagnósticos positivos), se ubica en el 3,27%.
Al analizar la letalidad, Aliaga diferenció que puede medirse como la cantidad de fallecidos por infectados (IFR) o la cantidad de fallecidos sobre confirmados (CFR).
«El IFR depende de la distribución etaria de una población y de sus condiciones de salud, a nivel mundial se estima entre un 0,25 y 1 por ciento pero es un dato difícil de calcular porque hay muchos casos leves que no se detectan», explicó.
Con respecto al CFR, aseguró que «se usa en los reportes» y «es un número que va cambiando a lo largo de la pandemia porque las personas fallecidas corresponden a los infectados de 20 o 25 días atrás. Entonces el porcentaje da menos cuando los casos aumentan y comienza a subir, o más bien a ajustarse al valor real, cuando los casos bajan porque la división que se hace es muertos sobre confirmados», expresó Aliaga, actual secretario de Planeamiento y Evaluación Institucional de la Universidad Nacional de Hurlingham.
Y continuó: «A esto se suma que se van notificando fallecimientos demorados que también impacta sobre los porcentajes».
A modo de ejemplo, el investigador describió que «de los 38 fallecidos informados por la Ciudad el domingo pasado, 8 eran de julio y 18 de agosto».
En el mismo sentido, Hojman describió que en la Ciudad «hubo un ajuste en la carga de datos, en el sentido de ir a buscar los problemas que generaban demoras en los reportes, sobre todo del ámbito privado».
Finalmente, Retamar coincidió en que «en parte puede deberse a que CABA sigue cargando fallecidos de julio o agosto y se van acumulando».