La vicepresidenta Cristina Kirchner dio un discurso que generó fuerte expectativa en las horas previas. «No voy a revolear a ningún ministro, quédense todos tranquilos», dijo. El acto se desarrolló en el Teatro Municipal de El Calafate, Santa Cruz. Cabe recordar que hace seis días, el ministro de Economía, Martín Guzmán, renunció en medio de un acto de CFK en Ensenada. «Fue un acto de inmensa irresponsabilidad política», lanzó.
En primer lugar, la vicepresidenta pidió un acuerdo de precios para el sector turístico. Lo hizo en medio de elogios al plan PreViaje que lanzó el Ministerio de Turismo en plena pandemia. «Es una política expansiva, excelente respuesta», expresó en relación a la activación del turismo interno. Pero señaló: «Lo que sí creo es que el gobierno debería convocar a la cámara hotelera y a la cámara gastronómica para coordinar políticas de precios porque este sector es uno de los que más ha contribuido junto con textiles y otros, a la conformación de índice inflacionario. El que no quiera acordar, no debería estar adherido al programa».
Nuevamente, tras las repetidas polémicas, Cristina Kirchner volvió a referirse a la reducción de planes sociales durante su gestión: «Al año 2015, cuando entregamos el gobierno, de aquellos 2.200.000 planes (heredados del gobierno de Duhalde) apenas quedaba un 10% y que además se habían desarrollado dos formidables programas Argentina Trabaja y Ellas Hacen». Allí, señaló: «En Argentina hay que dejar de discutir a las personas para anlizar las políticas».
Por otra parte, la vicepresidenta resaltó: «La economía bimonetaria une a todas las crisis de la Argentina, es el problema estructural de la economía del país. La escasez de dólares, la corrida cambiaria, las devaluaciones y las inflaciones. Cuando no hay una devaluación, el mercado provoca una brecha cambiaria que se produce cuando no se los deja acceder libremente a los dólares». Y añadió: «Si nos lo dejas sacar los dólares que quieren del país se comportan como adictos: si no es por la buenas, será por las malas. Y cuando es por las malas, estalla la economía del país».
Poniendo el foco en el macrismo, CFK lanzó: «Si el problema era el intervencionismo y dirigismo kirchnerista de los 12 años y medio, ¿qué pasó en los cuatro años en los que eliminaron los derechos de exportación del agro, la regulación de la cuenta capital y los capitales entraban y salían libremente? Donde se le concedió al sector privado todas y cada una de las demandas que planteaban». Y se respondió: «Tampoco fue bien, es hora que nadie se sienta dueño de la verdad».
Para cerrar, Cristina Kirchner llamó a la población a autoconvocarse para la «construcción de una Argentina en paz, sin rencores pero con muchas ideas». Además, solicitó: «Les pido a todos que tenemos que encontrar un punto en común, si no no habrá Argentina para nadie. La patria, el país, merece una discusión en serio de los problemas que tenemos los argentinos en un mundo donde todo tiende a agravarse».