La economía china volvió a crecer en el segundo trimestre, luego de la caída que registró en el período anterior y en el marco de la crisis provocada por la pandemia de coronavirus.
El producto interno bruto creció 3,2% entre abril y junio pasado respecto a igual período del año anterior, con lo que revirtió parcialmente el retroceso de 6,8% registrado en el primer trimestre, cuando el país asiático padeció con más fuerza la pandemia, informó la agencia de noticias Bloomberg.
En base a estos números, el tamaño de la economía sigue siendo un 1,6% más pequeño que al final del primer semestre de 2019.
China introdujo una serie de medidas desde la pandemia para apuntalar la economía, como los recortes de impuestos y tasas, préstamos más baratos y un mayor gasto fiscal.
El estímulo a la economía generó una recuperación interna, aunque la economía china sigue siendo altamente vulnerable a problemas de la demanda externa a medida que los cierres continúan obstaculizando la actividad en otros países.
“La economía de China ha superado gradualmente el impacto negativo del virus en el primer semestre, mostrando un impulso de recuperación”, dijo Liu Aihua, vocero de NBS, en Pekín, quien agregó que «la recuperación de la economía nacional aún se enfrenta a presión en medio de los crecientes desafíos externos”.
De acuerdo con datos publicados hoy, la producción industrial china aumentó 4,8% respecto al año anterior; las ventas minoristas se contrajeron 1,8%; y la inversión en activos fijos se contrajo 3,1% en el primer semestre del año.
La recuperación “estuvo impulsada por el estímulo crediticio, como lo demuestra la fuerte inversión en infraestructura y propiedades, mientras que la recuperación de las ventas minoristas y la inversión privada ha seguido
rezagada”, dijo Michelle Lam, economista para China de Société Générale SA en Hong Kong.
Sostuvo que «los responsables de políticas probablemente ahorrarán munición, frenarán la flexibilización general y encontrarán aceptable la trayectoria de crecimiento actual”.
“El impulso continuado en la producción de junio es una buena señal para el
segundo semestre. Pero un gasto del consumidor débil sigue siendo un lastre persistente e importante”, concluyó.