Una policía bonaerense de 22 años murió al recibir un balazo en el rostro en una vivienda de la localidad bonaerense de Ciudadela y como sospechoso fue detenido su novio, integrante de la misma fuerza, quien dijo que se trató de un suicidio, informaron fuentes policiales y judiciales.
Los voceros identificaron a la joven policía como Ayelén Sanabria, mientras que el detenido es Pablo Fernández (23), quien ya declaró ante la fiscalía actuante y dijo que ella se pegó un tiro en medio de una discusión de pareja por «celos hacía él».
El hecho ocurrió el sábado último en la casa que ambos compartían, ubicada en la calle Bergamini al 600, de Ciudadela, en el partido bonaerense de Tres de Febrero. Un familiar de Sanabria contó a la policía que la pareja mantenía una relación conflictiva y que el hombre era muy agresivo con su novia, con quien estaba hacía ocho meses.
Si bien la fiscal del caso, Marcela Acosta, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 6 de San Martín, había iniciado la causa como un presunto suicidio, con el correr de las horas, en base a algunas evidencias, dispuso la detención de Fernández. Según las fuentes, varios testigos declararon que durante el sábado a la mañana «escucharon gritos y discusión de alto tono y luego un solo balazo».
El policía fue quien llamó al 911 para denunciar el supuesto suicidio de su novia, con quien trabajaba en la Policía Local de San Isidro, añadieron los voceros consultados por Télam. Los peritos policiales, al llegar a la vivienda, encontraron el arma reglamentaria de la mujer tirada al lado de su cuerpo.
La joven fue trasladada al Hospital Carrillo en estado crítico y falleció al ingresar, añadieron las fuentes. Los pesquisas, en tanto, encontraron el arma de Fernández apoyada en una mesada en el comedor y sin signos de uso, ya que tenía todas las balas y su seguro colocado.
Un familiar de Sanabria contó a la policía que la pareja mantenía una relación conflictiva y que el hombre era muy agresivo con su novia, con quien estaba hacía ocho meses. Por su parte, la Auditoría General de Asuntos Internos de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, tras recibir información del suceso, activó el protocolo de actuación para este tipo de casos, retiró el arma reglamentaria al oficial Fernández e inició un sumario interno, a cargo de la auditora María de los Ángeles Martínez.