Alemania canceló hoy por el coronavirus una cumbre de la Unión Europea (UE) prevista para noviembre, luego de que la salida precipitada de dos participantes de la cumbre europea de esta semana en Bruselas por contactos con infectados pusiera en entredicho la necesidad real de que estas reuniones sean presenciales.
«En este contexto de pandemia, hemos dejado claro que no vamos a permitir que se realice la cumbre informal» del 17 de noviembre en Berlín para discutir las relaciones de la UE con China, anunció la jefa de Gobierno alemana, la canciller Angela Merkel, al término de la cumbre europea de dos días en Bruselas.
Alemania, que ejerce la presidencia rotativa de la UE, había convocado a esa reunión como forma de contribuir al empeño de los 27 países del bloque en unificar una postura con relación China, en un contexto de crecientes tensiones por los desequilibrios de la balanza comercial.
En especial, Alemania estaba interesada en lograr que durante su presidencia rotativa se firmara un ambicioso acuerdo con China sobre protección a inversiones, posiblemente antes de fin del presente año.
Los funcionarios de la UE y varios otros líderes europeos, sin embargo, ya adelantaron que no aceptarán firmar un acuerdo desfavorable solo para cerrar las conversaciones, que se arrastran sin mucha esperanza desde hace varios años.
Alemania ya había impulsado una reunión a mediados de septiembre que, también a raíz de la pandemia, se convirtió en una teleconferencia en la que participaron Merkel, el presidente chino Xi Jinping, la presidenta de la Comisión Europa, Ursula von der Leyen, y el titular del Consejo Europeo, Charles Michel.
El anuncio de Merkel llegó después de que dos casos de salidas precipitadas de participantes de la cumbre de líderes europeos de esta semana en Bruselas reabrieran el agrio debate sobre la necesidad real de organizar estos encuentros de forma presencial.
Ayer fue Von der Leyen quien abandonó de súbito la cumbre para iniciar un autoaislamiento por un caso de coronavirus con un auxiliar, y hoy fue la primera ministra de Finlandia, Sanna Marin, quien retornó de urgencia a su país.
La cumbre ya había comenzado sin la participación del primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, quien también sigue un período de cuarentena por haber estado en contacto con una persona contaminada con el nuevo coronavirus.
Al desembarcar el jueves en Bruselas, la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, ya ha dejado en evidencia su insatisfacción por la decisión de realizar el Consejo en forma presencial.
«Esta reunión se debería organizar en forma de videoconferencia», dijo, citada por la agencia de noticias AFP.
Estas reuniones se realizan con tapabocas y distanciamiento social.
Desde el inicio de la pandemia, diversas reuniones del ámbito europeo se realizaron de manera virtual, pero la cumbre de líderes que finalizó hoy es la tercera que se realizó en forma presencial.
Michel justificó la decisión afirmando que «en ciertos temas una presencia física es indispensable para poder tomar decisiones».
Entre los principales problemas apuntados con las reuniones virtuales, los diplomáticos mencionan la confidencialidad de los intercambios de ideas y conversaciones.
La prensa, en tanto, es mantenida al margen de las cumbres desde marzo, y apenas el video y la foto funcionan en sistema de «pool», al tiempo que todas las conferencias de prensa se realizan por videoconferencia.