En la madrugada del martes, Leonardo Cositorto, el líder de Generación Zoe, aterrizó en Ezeiza, esposado por dos detectives de la división Interpol de la Policía Federal tras ser extraditado de la República Dominicana, vestido con la misma ropa con la que fue detenido una semana atrás. Un fuerte operativo de seguridad lo esperaba en tierra. Dos móviles de la Federal con sirenas encendidas escoltaron el patrullero que lo llevó hasta una celda de la central de la fuerza en la calle Cavia. Allí, esperará 24, 48 horas, hasta que se lo lleven a Córdoba donde seguirá detenido y será indagado por la fiscal Juliana Companys, que pidió su captura y mantiene encerrados a 18 miembros de su organización, entre ellos su número 2, “Max” Batista, un histórico de las jugadas y negocios curiosos del líder.
La causa de Companys se centra en la oficina de Zoe en más de 35 presuntas estafas cometidas en la oficina de Villa María, liderada por los coaches ontológicos Claudio Álvarez y su madre, Silvia Fermani -presos hasta hoy- con la firma AL Coaches, que precede a Generación Zoe. Allí, en Villa María, Zoe desplegó algunos de sus planes más ambiciosos, como su propio equipo de fútbol. Álvarez ciertamente sintió la prosperidad que prometía el líder: pasó de tener “un kiosko de fotocopias”, según aseguró Miguel Ángel Pierri, abogado de Cositorto, a manejar dos BMW que terminaron incautados.
Pierri busca despegar a Cositorto de esta causa. No es el único frente de tormenta. Se acumulan denuncias en su contra en Goya, provincia de Corrientes, y el Juzgado Federal N°4 de Ariel Lijo investiga un posible lavado de dinero a cargo de Zoe, con varios allanamientos a domicilios del grupo que ya fueron abandonados y un informe de la PROCELAC que habla de un vaciamiento de 9 millones de dólares en billeteras de criptomonedas.
Fuentes judiciales revelan que en las últimas semanas, el cerco de paciencia de los acreedores de Cositorto se fracturó: la Cámara Criminal y Correccional porteña registró 12 nuevas causas contra el líder y Generación Zoe por los delitos de estafa, defraudación y asociación ilícita, con casi 20 víctimas. Los expedientes terminaron en siete juzgados distintos, de acuerdo al relevo realizado por Infobae, pero fueron acumulados por conexidad.
Mientras tanto, hay más allanamientos y arrestos. Hoy por la mañana, otra orden del fiscal Companys llevó al arresto del abogado Gustavo Saavedra, uno de los jugadores más sinuosos de la trama. Fue encontrado por la PFA y la DDI de San Martín en Ituzaingó y se le encontró documentación.
También, fueron por otro hombre que no es mencionado con frecuencia en la trama: Miguel Ángel Echegaray. De 50 años, empleado estatal neuquino en los papeles, es uno de los miembros de la guardia original de Cositorto y es el segundo socio en Zoe Empowerment, la firma del grupo encargada de la venta de servicios de coaching. Un video lo muestra en un acto de proselitismo de Zoe, una suerte de canchereo donde habla de una vida de playa en el Caribe y del dinero que le ingresa. Según Norman Próspero, Zoe Empowerment acreditó en sus cuentas 380,9 millones de pesos y 808,4 mil dólares entre junio y noviembre del año pasado.
Así, la Federal lo buscó en un departamento de Palermo, pero se había mudado una semana antes. Dejó atrás documentación de Generación Zoe y comprobantes de transferencias. Otra mujer vinculada a él fue allanada en Lomas de Zamora. Tampoco encontraron a Echegaray, pero incautaron otros 63 mil dólares en efectivo.