Los días con agua potable están contados en la zona metropolitana (Montevideo Canelones y San José). El Gobierno culpa a la sequía, pero expertos denuncian improvisación, privatización y achicamiento del Estado.
Hace ya casi un mes que el agua no sabe igual. Se siente salada, se ve más oscura de lo que solía ser y su uso debe ser racional. El Ejecutivo debió salir a abastecer a hospitales, los lavaderos están restringidos y la refinería nacional tuvo que tomar medidas evitar frenar la producción de combustible, que también usa agua en su proceso. En esta crisis hídrica histórica, con impacto en más de dos millones de personas, la sequía es sólo uno de los factores que interviene y que hoy no permite cumplir con la ley que estable que el acceso al agua es un derecho humano. “El Gobierno debería llamar a un gran consenso nacional por el agua”, reclamó ante El Destape, Ismael Cortazzo, dirigente de la Federación de Funcionarios de Obras Sanitarias del Estado (OSE).