El papa Francisco convocó este viernes a los diferentes grupos cristianos a trabajar unidos y «de modo concreto», tras reunirse en Chipre con autoridades ortodoxas y encabezar una misa para la pequeña comunidad católica del país europeo.
«Queridos hermanos y hermanas, frente a cada oscuridad personal y a los desafíos que se nos presentan en la Iglesia y en la sociedad estamos llamados a renovar la fraternidad», convocó el pontífice a fieles católicos de Chipre, en el segundo día de actividades de la gira por la que llegó este jueves a la isla mediterránea y que continuará luego por Grecia.
En un país de mayoría ortodoxa en el que los católicos están representados básicamente por los inmigrantes, el pontífice aseguró en su homilía que «si permanecemos divididos entre nosotros, si cada uno piensa sólo en sí mismo o en su grupo, si no nos juntamos, si no dialogamos, si no caminamos unidos, no podremos curar la ceguera plenamente».
La misa que Francisco celebró para cerca de 10.000 católicos en el estadio más grande de Chipre fue la segunda actividad de un día centrado en los lazos con los diversos grupos religiosos presentes en el país europeo, al que Francisco llegó acompañado por un enviado de Télam a bordo del avión papal.
Desde la llegada del pontífice hasta su partida rumbo a Grecia prevista para el sábado a las 9.30 locales (4.30 de Argentina), unos 500 efectivos de la policía chipriota se dedican a monitorear y custodiar las actividades de la visita. En ese contexto, informó la prensa chipriota, un hombre de 43 años fue detenido con un cuchillo en las inmediaciones del estadio en el que Francisco dio la misa.
A primera hora, el Papa se dedicó a tender puentes con los ortodoxos, mayoritarios en Chipre y en Grecia, al visitar al arzobispo ortodoxo de Chipre Crisóstomo II.