A las 14.09 aterrizó en Córdoba el avión que trajo las muestras de cinco soldados de Malvinas. Luis Fondebrider, titular de la Dirección de la Unidad Forense de la Cruz Roja Internacional, fue el encargado de volar directamente desde Mount Pleasant al Aeropuerto Internacional Ingeniero Ambrosio Taravella.
El antropólogo, fundador y ex director del Equipo Argentino de Antropología Forense, fue parte del Plan Proyecto Humanitario que permitió la identificación de los soldados argentinos enterrados como “solo conocidos por Dios” en el cementerio de Darwin. Fondebrider participó la misión en 2017, cuando en el camposanto argentino de las islas se exhumaron 121 tumbas sin nombre, se tomaron muestras de 122 cuerpos y, finalmente, el trabajó permitió identificar 115 soldados caídos en la guerra de 1982.
La nueva misión, que comenzó el 16 de este mes, llevó a la Cruz Roja Internacional de regreso a las islas para determinar la identidad de los soldados enterrados en la fosa C.1.10 cuya placa había sido cambiada en 2004 cuando la Comisión de Familiares de Malvinas realizó la reforma del cementerio de Darwin. Hasta ese momento, la placa señalaba: “Cuatro soldados argentinos solo conocidos por Dios, incluyendo al 1er alférez Ricardo Sánchez”. Pero desde la refacción, y por una lista que habría enviado la Fuerza Aérea a la Comisión, tres nombres se agregaron a esa tumba y la nueva placa decía: ”Héctor Walter Aguirre- Mario Ramón Luna-Julio Ricardo Sánchez-Luis Guillermo Sevilla”.
Tres de esos soldados fueron hallados en otras tumbas con el Plan Proyecto Humanitario 1. La duda de quiénes estaban en la tumba común fue promovida por los familiares de los gendarmes caídos en Monte Kent -y la historiadora Alicia Panero- ya que Sánchez pertenecía al Grupo Alacrán y murió el 30 de mayo cuando el helicóptero en el que viajaban fue derribado por el misil de un Sea Harrier.
Los nuevos nombres que se habían sumado a la tumba del alférez pertenecían a tres soldados de la Fuerza Aérea, muertos el 28 de mayo en la base aérea Cóndor de Goose Green, a casi 90 kilómetros de distancia.
Con el objetivo de identificar esa tumba común la Argentina y el Reino Unido firmaron el PPH2, que incluía revisar una zona en Caleta Trullo, a casi 60 kilómetros de puerto argentino y un poco más de 80 de Darwin, donde la denuncia de un veterano inglés señalaba que podía existir una “tumba de guerra” de soldados argentinos. La inspección en el lugar descartó que existieran fosas en la zona señalada.