Miles de ciudadanos afganos y diplomáticos se agolpaban este lunes en el aeropuerto de Kabul en un intento desesperado por salir de Afganistán, ante la llegada de los talibanes al poder tras una ofensiva relámpago, y mientras el vocero del movimiento islamista, Suhail Shaheen, aseguraba que los insurgentes formarían un «gobierno islámico inclusivo» con otras facciones.
La victoria talibán en Afganistán, concretada finalmente este domingo sin resistencia en la capital nacional, Kabul, tras el colapso del Gobierno en menos de tres meses y la huida al extranjero del presidente Ashraf Ghani, a sólo 15 días del retiro de las tropas estadounidenses, derrotados tras 20 años de ocupación infructuosa, alertó al mundo entero.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, defendió hoy el retiro de tropas y sostuvo que el objetivo nunca fue construir una nueva nación democrática sino «evitar un ataque terrorista» en territorio estadounidense, y prometió una respuesta «devastadora» en el caso de que los talibanes ataquen intereses de su país.
«Hago un llamado a los talibanes y a todas las partes para que respeten y protejan el derecho internacional humanitario y los derechos y libertades de todas las personas», declaró hoy el secretario de la ONU, António Guterres, ante el Consejo de Seguridad, citado por la agencia de noticias Sputnik.
Por su parte, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, se comunicó con Rusia y China -dos frecuentes rivales de Estados Unidos que se apresuraron a informar que trabajarían con los talibanes- para discutir sobre la situación de seguridad y los esfuerzos para evacuar a las personas a un lugar seguro.