El delantero Ángel Di María alcanzó su noche tan soñada como merecida para una final histórica para el seleccionado argentino, plasmada con un tremendo golazo que le ofreció para una victoria anhelada y romper 28 años sin títulos, después de otras finales, en las que por distintas circunstancias no pudo aportar toda su capacidad de juego y de definición.
El «Fideo», crack del PSG francés, de 33 años, resultó la figura del partido no sólo por ese pique y el remate por sobre Ederson para convertir, también lo fue por su generoso despliegue como extremo derecho como lo supo ubicar el entrenador Lionel Scaloni, quien recurrió a su capacidad para la finalísima americana.
En un escalón más abajo se ubicó Rodrigo de Paul, que con destacado criterio se convirtió en el conductor cortando acciones rivales en el mediocampo y generando la salida clara para la ofensiva, autor de una asistencia perfecta para el gol de Di María y otra para Lionel Messi, que de manera increíble no pudo definir en el mano a mano con Ederson, el mismo que le impidió que convirtiera su propio gol.
En cuanto al resto de los participantes en el gran éxito de la selección campeona de la Copa América, merecieron los siguientes conceptos:
Emiliano Martínez: una vez más respondió con enorme capacidad en las pocas veces que lo exigieron los atacantes del seleccionado local.
Gonzalo Montiel: más comprometido con la marca por sobre sus habituales proyecciones, mostró seguridad en la contención del rival que llegara por su sector.
Cristian Romero: el que estuvo en duda hasta el último momento, pudo reponerse de su lesión que lo había marginado en la mayor parte del torneo y volvió a mostrar su enormes condiciones de firmeza y de «tiempista» para la marca.
Nicolás Otamendi: aportó su experiencia y voz de mando para respaldar la última línea argentina e impuso su presencia cuando Brasil quiso llevarse por delante al equipo.
Marcos Acuña: el más flojo del equipo porque ofreció espacios para el adversario en el fondo, varias veces superado, y le faltó criterio en la proyección.
Leandro Paredes: tuvo un criterioso desempeño, pese a que estuvo condicionado por la amonestación recibida a los 31 minutos del primer tiempo por ese defecto que aún no pudo corregir al llegar a destiempo a la marca.
Giovani Lo Celso: cumplió en el destajo de la contención en el medio, con mucho despliegue, lo que no le facilitó un mayor rendimiento en la generación de juego.
Lionel Messi: el astro no apareció con su mejor brillo, pero no faltaron sus maniobras desequilibrantes para preocupar al adversario y resultó relevante su compromiso con el juego y con la marca para recuperar la pelota, como pocas veces se le había visto.
Lautaro Martínez: le tocó hacer el trabajo sucio adelante para ayudar en la recuperación de la pelota y con su movilidad arrastrar marcas para generar espacios para la llegada de sus compañeros de avanzada, por eso no apareció en posición de definición, aunque cumplió con eficacia desde lo táctico.
De los ingresados durante el segundo tiempo, Guido Rodríguez y Nicolás Tagliafico aportaron sus condiciones para la marca, uno como volante central y el otro por el lateral izquierdo para colaborar en la contención de los embates brasileños.
Los otros que entraron cerca del final, Nicolás González, Germán Pezzella y Exequiel Palacios, no desentonaron en la lucha por sostener la ventaja para ser campeones.
En cuanto al seleccionador Lionel Scaloni, autor de este proyecto de equipo, ganando su primera final jugada como entrenador, aprobó el examen al plantar un dispositivo táctico para contener primero a la postura del adversario y buscar luego las réplicas para llegar al gol y por ende al triunfo.
Supo valorar las capacidades de Di María y de De Paul para tenerlos de titulares esta noche y que cuando se apremiaba a la defensa albiceleste en el segundo período por el empuje local entendió a tiempo que eran vitales los ingresos de Rodríguez y Tagliafico.
Así Scaloni dejará atrás algunas críticas recibidas, a la vez que sabe que esto aquí no se termina y otras obligaciones ya pronto pondrán a prueba su capacidad.