El jefe de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, mantiene su intención de visitar Rusia esta semana pese a las detenciones este domingo en nuevas protestas de partidarios del opositor Alexey Navalny, con quien desea encontrarse.
Fuentes diplomáticas señalaron que el viaje a Moscú del Alto Representante de la UE para Política Exterior, del 4 al 6 de febrero, se mantiene en pie «exactamente para discutir este tipo de temas», en referencia a las detenciones de manifestantes que apoyan a Navalny.
Ayer, al menos 5.414 personas fueron detenidas en Rusia durante un segundo domingo consecutivo de manifestaciones en exigencia de la liberación de Navalny, reportó la ONG OVD-Info.
«Lo que está sucediendo en Rusia es inaceptable, el trato infligido a Navalny es inaceptable y el señor Borrell desea discutir estos asuntos», dijo hoy el vocero Peter Stano durante la conferencia de prensa diaria en la Comisión Europea, el Ejecutivo de la UE.
Navalny, de 44 años, fue detenido el 17 de enero en el aeropuerto de Moscú a su arribo de Alemania y luego de tratarse cinco meses en un hospital de Berlín de un envenenamiento del que el líder opositor ha acusado al Kremlin, aunque sin mostrar pruebas.
Sin embargo, el presidente Vladimir Putin ha negado las acusaciones y dicho que cuando Navalny salió del país no tenía rastros de ningún veneno y, por lo tanto, no puede abrirse una investigación en Rusia.
Los 27 países miembro del bloque europeo están divididos sobre la conveniencia del viaje.
Pero la diplomacia comunitaria no considera cancelar la visita y defiende que será una buena oportunidad para abordar de primera mano con el Kremlin la crisis generada por la detención de Navalny.
También dará ocasión para hablar de las acciones rusas en Ucrania, el pacto nuclear iraní y la pandemia de coronavirus, en la que será la primera visita de un responsable de Exteriores europeo a Rusia desde 2017.
Polonia, Finlandia y los países bálticos exigieron nuevas restricciones contra Rusia y se oponen a la visita, pero otros como Alemania y España evitan hablar de sanciones y cerraron filas con el viaje de Borrell.
Asimismo, el Servicio de Acción Exterior de la UE anunció que el jefe de la diplomacia se verá con representantes de la sociedad civil rusa con el objetivo de poder encontrarse con el opositor, informó la agencia de noticias AFP.
Igualmente, la intención de Borrell es tratar el deterioro de las relaciones entre Bruselas y Moscú, de cara a la cumbre de marzo en la que los líderes de la UE evaluarán la situación y apuntarán la línea para reconducir la relación con Rusia.
El incidente con Navalny coincide con un punto especialmente bajo en las relaciones con Rusia, que se produjo poco tiempo después de que Bruselas y Moscú chocaran por la crisis en Bielorrusia tras los comicios de agosto pasado.
Miles de personas fueron detenidas en Bielorrusia y los principales político huyeron al exilio por denunciar fraude y protestar en las calles contra la reelección del presidente Alexandr Lukashenko, en el poder desde hace 26 años.
La Fiscalía General de Rusia ya había advertido a Navalny que iba a ser detenido a su regreso a Rusia por violar el control judicial que se le había impuesto como parte de una sentencia de cinco años de prisión por malversación de fondos.
Navalny tenía que presentarse ante las autoridades dos veces al mes hasta el 29 de diciembre de 2020, pero no lo hizo, por lo que se solicitó cambiar la sentencia suspendida por una real.
Este cambio de sentencia está programada para mañana, y Navalny corre el riesgo de tener que cumplir entre tres y seis meses de cárcel.
Desde fines de diciembre también es objeto de una nueva investigación de fraude por sospechas de haber gastado 356 millones de rublos de donaciones para su uso personal.