El tenista serbio reconoció que hubo un “error humano” en su declaración jurada del viaje y también investigan algunas incongruencias en sus test de PCR. En Serbia hablan de una “clara violación” a las reglas.
El caso de Novak Djokovic sumó un nuevo capítulo durante las últimas horas que podría darle un giro drástico a la investigación minuciosa que realizan las autoridades australianas sobre su caso.
El tenista, que ganó la primera batalla legal para permanecer en el país organizador del primer Grand Slam del año, convive con horas de conmoción luego de confesar que concurrió a eventos sabiendo que tenía coronavirus y reconocer errores en la documentación presentada para viajar.
Nole aceptó que su equipo realizó la declaración de viaje y explicó que hubo “un error humano y no deliberado” de su agente: “Mi agente sinceramente se disculpó por tipear la caja incorrecta sobre mi viaje previo a Australia”.
De este modo, Djokovic confesó dos de las grandes polémicas que se habían posicionado sobre su figura, teniendo en cuenta que el fin de semana había sido señalado porque se lo vio en diversos eventos –incluso en uno con varios niños– tras dar positivo, aunque él sólo aceptó que sabía de su contagio cuando realizó una entrevista con L’Equipe.
Este ítem toma una relevancia sustancial en el caso y hasta el medio en cuestión indica que Asuntos Internos está investigando esta incongruencia: “La pena máxima por dar pruebas falsas en virtud de la Ley de Delitos es una pena de prisión de cinco años”, puntualizaron los periodistas Anthony Galloway, Paul Sakkal y Ben Grubb.