Con el correr del día y ante las pocas declaraciones del Gobierno, el presidente electo volvió a dar un mensaje a la nación y acusó directamente a Trump de «desencadenar un asalto total contra las instituciones de la democracia desde el principio», según reprodujo el canal de noticias CNN.
Además, lanzó una dura acusación para el Gobierno y las fuerzas de seguridad:
«Si hubiese sido un grupo del (movimiento antirracista) Black Lives Matter el que protestaba ayer, hubiera recibido un trato muy distinto al que recibió la turba de matones que invadió el Capitolio.» afirmó hoy Biden en un mensaje a la nación.
La jornada había comenzado con el país aún conmocionado por los disturbios, que dejaron cuatro muertos, y el final de la tensa y accidentada sesión del Congreso: el vicepresidente republicano Mike Pence certificó el voto de 306 electores a favor del candidato demócrata, frente a los 232 logrados por Trump.
Luego del caos sembrado ayer por los partidarios del mandatario saliente durante horas hasta ser desalojados por la policía, los legisladores resolvieron continuar anoche con el proceso de validación de las elecciones, en una muestra para el país y el mundo de su compromiso con la voluntad de los votantes y una transferencia pacífica del poder.
El proceso se realizó con la nación en alerta y la ciudad de Washington bajo un inusual toque de queda decretado tras los desmanes y que se mantendrá hasta la asunción de Biden, el próximo 20 de enero.
Trump, quien se ha negado a aceptar su derrota, dijo en un comunicado inmediatamente posterior a la votación que habrá una transición ordenada el día de la asunción.
«Aunque estoy totalmente en desacuerdo con el resultado de estas elecciones y los hechos me apoyan, habrá una transición en orden el 20 de enero», dijo en un comunicado, informó la agencia de noticias AFP.
«Esto representa el fin de uno de los mejores primeros mandatos presidenciales y es solo el inicio de nuestra lucha para devolver a Estados Unidos su grandeza», agregó.
La ratificación del triunfo de Biden llegó luego de una jornada con pocos precedentes en la historia política de Estados Unidos, con el Capitolio asediado por los partidarios de Trump y los legisladores buscando refugio bajo escritorios y protegidos con máscaras antigás mientras la policía trataba de erigir barricadas en torno al edifico del Congreso.
Una mujer murió tras recibir un disparo en el pecho dentro del Capitolio y otras tres personas fallecieron en los alrededores del Congreso por «emergencias médicas», dijo hoy la policía.
La protesta fue convocada y alentada por el propio Trump, quien desde hace semanas lanza denuncias falsas sobre la transparencia de las elecciones del 3 de noviembre, en las que fue vencido por Biden.
La sesión ya era extraordinaria por el hecho de que varios legisladores republicanos estaban presentando objeciones a los resultados cuando el procedimiento tuvo que ser interrumpido por la irrupción violenta de los partidarios de Trump.
Tanto las protestas como las objeciones de legisladores republicanos constituyeron un desafío impensable a los principios democráticos y desnudaron las profundas divisiones en Estados Unidos, que se agravaron de manera dramática durante los cuatro años de Trump en la Casa Blanca.
El Congreso volvió a sesionar al caer la noche, en medio de condenas a las protestas de legisladores de ambos partidos y con la determinación de certificar el triunfo de Biden, así llevara toda la noche.
Tras la finalización del trámite esta mañana, la jornada política estuvo dominada por los crecientes pedidos de destitución de Trump, por la decisión de las redes sociales Facebook e Instagram de suspender la cuenta del mandatario saliente por tiempo indefinido y por las nuevas renuncias en el Gobierno en repudio por la violencia de ayer y la incitación hecha por el jefe de Estado.
La secretaria de Transporte de Estados Unidos, Elaine Chao, se convirtió en la primera miembro del gabinete en renunciar y, horas antes, Mick Mulvaney, exjefe de gabinete de Trump y actual enviado especial en Irlanda del Norte, había hecho lo mismo.
«No puedo hacerlo, no puedo seguir aquí después de lo de ayer. No se puede mirar lo de ayer y pensar: quiero ser parte de eso de alguna manera», explicó Mulvaney al canal de noticias NBC.
En paralelo, se acumulaban los pedidos de destitución contra el presidente.
Adam Kinzinger, congresista por el estado de Illinois, se convirtió en el primer republicano del Congreso en pedirlo, al solicitar que se invocara la enmienda constitucional 25.
Según el artículo cuatro de esta enmienda, cuando el vicepresidente y una mayoría de los principales funcionarios del Poder Ejecutivo o de otro cuerpo como el Congreso transmiten al presidente pro tempore del Senado y al presidente de la Cámara de Representantes una declaración escrita que establece que el presidente no está en condiciones de ejercer sus poderes y ocupar su cargo, «el vicepresidente asumirá de inmediato los poderes y las obligaciones del cargo como presidente interino».
De igual manera se pronunciaron los dos principales líderes del Partido Demócrata en el Congreso, la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, y el jefe de la bancada en el Senado, Chuck Schumer, entre otros dirigentes opositores de primera línea.