El abogado británico Karim Khan asumió hoy como nuevo fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), un cargo en el que deberá hacer frente a temas complejos, como investigaciones sobre el conflicto palestino-israelí, Afganistán o Filipinas.
Khan, tercer fiscal general de la institución, creada en 2002 para juzgar a individuos por los peores delitos tipificados a nivel internacional -genocidio, crímenes de guerra y contra la humanidad- lamentó que hasta ahora, el tribunal haya pronunciado «tan pocas» condenas.
Este abogado de 51 años sucede a la gambiana Fatou Bensouda, que terminó su mandato de nueve años, y es saludada por haber ampliado la labor de la CPI, aunque también sufrió varios reveses, como la absolución del expresidente marfileño Laurent Gbagbo.
Khan declaró querer «construir sobre el terreno sólido» dejado por Bensouda, «pero también reparar lo que está roto, dinamizar, revitalizar para buscar una mayor eficacia y un mayor impacto».
«No podemos invertir tanto, no podemos suscitar tantas expectativas y obtener tan poco tan a menudo en la sala de audiencia», afirmó tras prestar juramento en la sede del tribunal en La Haya, Países Bajos, informó la agencia de noticias AFP.
Especialista en derechos humanos, Khan ocupaba antes el cargo de subsecretario general de Naciones Unidas, donde estuvo encargado de dirigir una investigación especial de la ONU sobre los crímenes del grupo yihadista Estado Islámico.
También intervino del lado de la defensa en varios juicios ante la CPI, en particular para Seif al-Islam, uno de los hijos del exlíder libio Muammar Kaddafi.
Como nuevo fiscal de la CPI, el abogado británico deberá afrontar la oposición de las grandes potencias que rehusaron sumarse a la Corte, como Estados Unidos, Israel y China.
En ese sentido, les tendió la mano para incluirlos en su «compromiso en esta búsqueda común de justicia», pero advirtió que cumpliría su trabajo «sin miedo ni favor».
No obstante, con el demócrata Joe Biden al frente de la presidencia estadounidense, Khan podría beneficiarse de una gestión menos conflictiva, luego de que Bensouda fuera objeto de sanciones decididas bajo la presidencia de Donald Trump.
El balance que deja tras de sí Bensouda tiene altos y bajos.
Bajo su mandato, Gbagbo fue absuelto de crímenes de guerra en Costa de Marfil, el expresidente congoleño Jean-Pierre Bemba fue absuelto en apelación y las querellas contra el presidente keniano Uhuru Kenyatta fueron abandonadas.
Pero Bensouda registró notables éxitos como la condena de Dominic Ongwen, niño-soldado ugandés que se convirtió en comandante de la brutal rebelión del Ejército de Resistencia del Señor (LRA), así como la condena del exjefe de guerra congoleño Bosco Ntaganda.