Los actos del jueves dejarán en evidencia las diferencias en el oficialismo, que hoy aparecen como irreconciliables a pesar de los pedidos de unidad por parte de algunos actores del espacio. Alberto Fernández ya decidió tomar distancia de la masiva movilización que organiza La Cámpora desde la ex Esma hacia la Plaza de Mayo junto la Asociación de Madres que conduce Hebe de Bonafini (quien, no casualmente, ayer recibió a Cristina Kirchner en la sede de la organización). En cambio, después de meditarlo varios días, el Presidente eligió encabezar un acto propio: recordará la trágica fecha en un homenaje a científicos desaparecidos que se realizará en el Ministerio de Ciencia y Tecnología.
El año pasado, el presidente había participado de un homenaje a los trabajadores desaparecidos en la ex ESMA, días antes de que se cumplieran 45 años del golpe de Estado. Esta vez, no recordará a las víctimas del terrorismo de Estado en el ex centro de desaparecidos, sino que liderará una ceremonia en la sede de la cartera que conduce Daniel Filmus. Será por la mañana, a las 10, horas antes de la convocatoria a la marcha convocada para las 14 por el kirchnerismo -a través a la secretaría de Derechos Humanos que conduce el funcionario del riñón de Cristina Kirchner, Horacio Pietragalla, y las redes sociales de La Cámpora-, en el Espacio para la Memoria.
Alberto Fernández eligió recordar a los desaparecidos por el Golpe de 1976 en un acto puertas adentro y de características institucionales, junto a un ministro de su confianza. Allí se entregarán legajos reconstruidos de los científicos desaparecidos o asesinados a sus familias. El Presidente evaluó desplazarse luego al interior, en un vuelo rumbo a La Rioja, para participar de otra conmemoración, junto a un gobernador justicialista afín, Ricardo Quintela, en honor al monseñor Enrique Angelelli. Era un viaje propuesto por el jefe de Gabinete, Juan Manzur. Sin embargo, esta visita se dejó de lado en la tarde del martes. En plena ebullición en la fuerza que lidera junto a Cristina Kirchner, el jefe del Estado no quiere dar la impresión de que se aleja del centro de la escena.
Al día siguiente, está previsto que el primer mandatario continúe con una actividad en la misma línea, desde Buenos Aires, por la firma, en la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), de un convenio con la Casa de la Moneda para digitalizar sus archivos y ponerlos a disposición de los organismos de Derechos Humanos.
La Cámpora prepara otro tipo de ceremonia, multitudinaria, a través de una marcha de proporciones que auguran inéditas para la fecha. “Va a haber mucha, mucha gente”, enfatizó un vocero del espacio, que busca desde hace semanas convocar a la mayor cantidad de organizaciones para hacer una demostración de fuerza durante la conmemoración. En la Plaza de Mayo, a donde la primera plana de la organización de Máximo Kirchner planea llegar a pie junto a la masa luego de una procesión de 13 kilómetros, se habrá montado un escenario. Pero todavía no está decidido si los dirigentes políticos hablarán desde allí, o se priorizarán los discursos de los representantes de los organismos de Derechos Humanos afines. Tampoco está descartada la presencia de Cristina Kirchner, que usualmente deja hasta último momento la confirmación de sus apariciones.
En el Gobierno relativizaron la ausencia del Presidente en la ex ESMA y alegaron que no se acostumbra a politizar los actos por el Día de la Memoria. Pero las consignas que lanzó el kirchnerismo tienen un claro contenido político y económico vinculado con el contexto actual. Las Madres de Plaza de Mayo, bajo la conducción de dirigente de Derechos Humanos y referente del kirchnerismo Hebe de Bonafini, formarán parte de la marcha con un planteo muy duro contra el FMI -referente a la “muerte de niños” como consecuencia de las políticas de ajuste- y, por extensión, contra el Ejecutivo y Juntos por el Cambio. Ayer, las Madres le dieron apoyo explícito a Cristina Kirchner en la interna, al recibir a la Vicepresidenta en la sede de la Asociación. Luego difundieron una foto del encuentro, con un mensaje escrito para hacer hincapié en la buena sintonía entre ambas.
“Fue muy fructífero, hablaron mucho y la vicepresidenta, con el afecto que la caracteriza, saludó a todo el personal de la Casa de la Madres. Al despedirse, Hebe y Cristina estaban muy emocionadas”, expresaron desde la cuenta oficial de la organización. La reunión fue elocuente: De Bonafini es una de las referentes del kirchnerismo más crítica de Alberto Fernández desde que su primer año como Presidente. Últimamente lo cuestiona en público por el acuerdo con el Fondo, pero durante los últimos dos años salió a apuntar en su contra en distintas ocasiones, por sus acercamientos con sectores empresarios y por su gestión económica.