El primer ministro británico, Boris Johnson, anunció hoy que se iniciará una investigación pública independiente sobre cómo su Gobierno manejó la gestión de la pandemia de coronavirus, que ya dejó más de 127.000 muertos en el Reino Unido.
«El Estado tiene la obligación de evaluar sus acciones con la mayor rigurosidad y franqueza posibles. Este proceso pondrá las acciones del Estado bajo el microscopio», dijo en una declaración en la Cámara de los Comunes.
Según el líder británico, hay que aprender las lecciones, e insistió en que la investigación tiene que ser capaz de analizar los acontecimientos del año pasado y de identificar las cuestiones que marcarán la diferencia en el futuro.
La investigación tendrá libertad para «examinar todos los documentos y escuchar a todos los actores clave», afirmó.
Dijo que los gobiernos regionales de Escocia, Gales e Irlanda del Norte, que tiene plenas potestades en materia de salud, también serán consultadas sobre la investigación, que comenzará en septiembre de 2022.
En ese sentido, consideró que como es probable que se produzca un nuevo aumento de las infecciones durante el invierno, debido a las nuevas variantes del coronavirus no se debe desviar o distraer a los trabajadores sanitarios que luchan contra la pandemia.
Sin embargo, el líder de la oposición laborista, Keir Starmer, aseguró que es fundamental que la investigación se lleve a cabo «lo antes posible».
La pesquisa se realizará en el marco de una Ley de Investigaciones aprobada en 2005, que incluye la posibilidad de exigir la presentación de todas las pruebas pertinentes y tomar declaración oral en público y bajo juramento.
Según los críticos y la oposición, el Gobierno británico desoyó a la comunidad científica e ignoró la experiencia de otros países respecto al coronavirus al comienzo de la pandemia.
El primer ministro defendió durante semanas que era mejor no actuar para contener la infección y permitir que esta se extienda a la mayor parte de la población y lograr la inmunidad de grupo.
La estrategia de retrasar las medidas que ya habían tomado países europeos fue devastadora para el Reino Unido por el costo desproporcionado en vidas humanas, que hizo del país el más golpeado de Europa por la pandemia.
Sin embargo, en un giro de 180 grados, Johnson introdujo medidas que lograron bajar los contagios durante primera ola e implementó una estricta cuarentena en la segunda ola, lo que lo llevó, junto a un exitoso programa de vacunación, a reducir casi a cero las muertes.
Si bien el próximo lunes comienza la fase tres de la hoja de ruta de su Gobierno para salir del confinamiento, el primer ministro alertó que «el fin del bloqueo no es el fin de la pandemia» y dijo que aún persiste la amenaza de nuevas variantes y la «alta probabilidad de un aumento del virus este invierno».
Desde el lunes, los restaurantes y bares podrán reabrir bajo techo, habrá mayor sociabilización y se permitirán los viajes por vacaciones a países que el Gobierno clasificó en una lista bajo un sistema de semáforo.
Los ciudadanos británicos que viajen a los países que están en la lista verde no deberán ponerse en cuarentena al regreso.