La elección surgió de tres alumnos estadounidenses para un trabajo práctico y el resultado final fue publicado en el diario Central Times. «Esta pieza es una total obra maestra y da mucha alegría escucharla», destacaron.
La historia fue publicada en el Central Times, un periódico estudiantil de la ciudad de Naperville, en el estado de Illinois, en los Estados Unidos. El autor, Braden Hajer, contó que tenía que escuchar el himno de Nigeria para un trabajo, pero dos de sus amigos le propusieron escucharlos a todos y clasificarlos de mejor a peor. El autor de la nota advirtió que “fue una selección arbitraria”, pero que discutían entre los tres qué les parecía cada tema y los ubicaron en una lista de niveles. El primer nivel pertenece únicamente al himno nacional de la República Argentina y Hajen dio su impresión: “No teníamos ningún tipo de expectativas cuando lo escuchamos, así que al hacerlo quedamos literalmente boquiabiertos. Es el único que está orgullosamente en el tope de la lista. Esta pieza es una total obra maestra y da mucha alegría escucharla. Es un himno de varios movimientos en los que se entretejen ambientes, emociones y tempos. No estábamos preparados para esto”.
Oíd mortales
El Día del Himno Nacional Argentino se celebra cada 11 de mayo en conmemoración a la fecha en la que la Asamblea General Constituyente del año 1813 sancionó como Himno a la marcha patriótica, que llevaba letra de Vicente López y Planes y música de Blas Parera. La canción se interpretó por primera vez en una de la tradicionales tertulias que se daban en la casa de Mariquita Sánchez de Thompson y la versión original duraba 20 minutos, mientras que recién el 24 de abril de 1944 se estableció la letra oficial tal como se conoce en la actualidad.
A través de su historia, la canción patria sufrió varios cambios. Pasó a ser Canción patriótica nacional, Canción patriótica hasta que una copia -publicada en 1847- lo llamó Himno Nacional Argentino, nombre que conserva hasta la actualidad. La letra original era independentista y antiespañola de acuerdo al espíritu de la época.
Tiempo después, la Asamblea del 1813 pidió un “arreglo” en la letra con la idea de conservar un acercamiento político con diplomáticos españoles. En 1860, Juan Pedro Esnaola realizó algunos cambios a la música, basándose en anotaciones manuscritas del compositor, creando una versión orquestada más rica desde lo armónico y su versión original dura 20 minutos.
En 1900, se reglamentó por decreto del Poder Ejecutivo utilizar una versión reducida de la marcha para actos oficiales y públicos, mientras que en 1924 se abrevió a entre 3 minutos 30 segundos y 3 minutos 53 segundos. Tiempo después, gracias al hallazgo de una partitura en el Museo Histórico Nacional atribuida a Blas Parera, se introdujeron arreglos a la versión de Esnaola y esta se estrenó al público en el Teatro Colón, de la ciudad de Buenos Aires, el 25 de mayo de 1927.
Por decreto del entonces presidente, Marcelo Torcuato de Alvear, se aconsejó hacer una versión más parecida a la de Esnaola y el 24 de abril de 194, la marcha fue aprobada como himno y su versión vigente corresponde a la transcripción realizada por Luis Lareta, que se ajusta a lo dispuesto el 25 de septiembre de 1928 por el Poder Ejecutivo Nacional.