Sus habilidades e ingenio llegaron aun más lejos y también inventó un trencito con vagones para los “pasajeros” (con un tractor corta césped como locomotora) y una calesita.
El juego, tiene 140 metros de recorridos y en su parte más alta, alcanza los 7 metros de altura. Consta de dos carritos (uno para dos personas y otro individual), que soportan hasta 150 kilos de peso y puede ser aprovechada tanto por infancias como por adolescentes, siempre respetando las medidas de seguridad.
Este miércoles, aprovechando el cierre de temporada de la Colonia de Vacaciones de la comuna, Roberto y su esposa Liliana, invitaron a todos los integrantes a visitarlos y compartir con ellos este pequeño mundo puertas adentro. Según afirmaron los profesores, era una de las actividades más esperada por las infancias, por lo que también estuvo presente el presidente comunal, Sergio Busquet.
“Lo primero que hice fueron los carros para los pasajeros y las curvas, para ver cómo se portaba. Fuimos probando con bolsas (en lugar de pasajeros) los pesajes. Y lo más complicado de todo fue doblar los caños (que hacen las veces de rieles)”, contó.
Todo, fue pensando y armado por Curia, desde el primero al último de los detalles. Los materiales, son los que se encuentran en su lugar de trabajo, como conductos de cereales y norias, elementos usados en el agro. Aclaró que la instaló entre plantas, para que la sensación de subirse “sea otra” y se “disfrute más” durante todo el trayecto.