El artista argentino y radicado en Francia desde 1963, Antonio Seguí, famoso por sus pinturas de pequeños hombrecitos con sombreros, dueño de un imaginario múltiple que supo combinar el humor, el grotesco y la simplicidad, murió a los 88 años en el Hospital Alemán tras sufrir complicaciones en una operación de cadera, según confirmaron allegados a la familia.
Seguí vivía y desarrollaba su carrera desde hace más de cinco décadas en París, pero desde hacía unos meses estaba de visita en la Argentina y previamente había pasado por Córdoba, su ciudad natal.