Lucía Inés Fernández, una adolescente de 15 años de la localidad mendocina de Maipú, se despidió ayer de sus padres hacia el mediodía y les dijo que iba hacia el colegio. Algunas horas después, su cadáver fue encontrado en una finca abandonada ubicada a varios kilómetros de su casa, con varias marcas compatibles con heridas punzantes que podrían haber sido provocadas por un destornillador y golpes en la cara.
Los investigadores creen que el asesino conocía a la víctima. Es que según pudieron establecer, la adolescente en realidad no debía asistir el ayer a la escuela y le mintió a su familia para ir a otro lugar. La relación entre la joven y su familia, suponen investigadores, era muy conflictiva, y se daba en medio de un ambiente de notable precariedad.
Además, hay un testigo -aún sin localizar- que aparentemente vio a Lucía junto a otro joven en la zona de Rodeo del Medio, el mismo lugar donde está ubicado el terreno donde fue encontrado el cuerpo sin vida. Medios de la provincia de Mendoza, incluso, señalaron que al lado de los restos de la adolescente encontraron una mochila y los útiles escolares de la menor.
Los forenses encontraron 10 heridas cortopunzantes en algunas partes del cuerpo, aunque no se trataría de lesiones de gran profundidad. Creen que debido a las características de las lesiones, el asesino habría utilizado un destornillador o una tipo de herramienta similar. En ese sentido, apuntan ahora a dar con alguien en la zona que conozca al agresor, de quien sospecha no tendría muchos recursos para mantenerse prófugo.